Todos estos gastos están sujetos a variables, precisó el edil. Además, “en el caso de implementarse la SUBE, sin beneficios sociales, también generaría otro costo de operatividad para ellos” agregó el concejal.
El precio a discutir aún no es definitorio, dado que está sujeto a distintos aspectos que influyen en el momento de decidir el promedio. Como ejemplo, trajo a colación que “en la última discusión, el pedido de aumento era $22, pero se cerró en $20” recordó Armanazqui.
Esta solicitud, como trámite formal, ingresa al Concejo Deliberante y se lo pasa a Comisión donde se empieza a debatir. “Sabemos que es una realidad, pero va a llevar mucho debate, porque también conocemos la realidad de los usuarios, que cada vez tienen el bolsillo más apretado” destacó el funcionario.
Debido a la situación económica actual, y las distintas realidades por las que pasan los involucrados, Armanazqui promulgó que “veremos cómo llegamos a un acuerdo que realmente permita garantizar un buen servicio, que incida lo menos posible en el bolsillo del trabajador” y consideró que “si uno no llega a los costos operativos, el servicio se va perdiendo y esto repercute en la gente”.