Que el feminismo es un actor político más que un movimiento es una certeza a esta altura innegable. Que va a protagonizar buena parte de la campaña electoral, también.

Pero la pregunta, la que dirigentes y referentes políticos aún responden en potencial, es cuán determinante será a la hora de definir fórmulas.

Puede gustar más o menos la forma en que los feminismos se manifiestan. Pero lo cierto es que este año la agenda feminista tendrá sin dudas un protagonismo que traspasará las fronteras de la militancia en la calle.

Saldada en parte la discusión por el cupo femenino, la agenda electoral estará marcada por la incorporación de los temas de las mujeres en la gesta política. No es lo mismo un nombre de mujer, que la agenda de las mujeres. Ahora el paso es hacia más mujeres encabezando las fórmulas, imponiendo los debates y llevando los temas a decisiones legislativas y ejecutivas.

El paso es hacia menos fórmulas machistas.

En esta disputa electoral, los nombres femeninos están cargados de un valor simbólico quizás inédito en la historia de la democracia. Y este es un capital que ningún político querría ni debería despreciar.

Así las cosas, en Concordia ya se empiezan a conocer algunas tendencias. En el oficialismo, el intento de reelección de Enrique Cresto es casi un hecho, pero persiste la incógnita sobre quién será su acompañante en la fórmula.

Desde algunos sectores, se deja trascender el nombre de la concejala Julia Sáenz, una histórica militante feminista y también histórica en las filas crestistas, aunque de marcado perfil “verde” frente al perfil “celeste” que mostró públicamente el intendente de Concordia.

De confirmarse, sería una fórmula “bicolor” que podría cooptar el voto feminista que Cresto perdió (si alguna vez tuvo) tras haberse mostrado tan comprometido con la causa antiderecho. Aunque esta hipótesis es refutada por algunos referentes del peronismo bordetista en Concordia, que sostienen que el crestismo nunca se expondría a compartir poder con una mujer del perfil de Sáenz. Pero este mismo perfil confrontador es a la vez debilidad y fortaleza para la concejala, porque de quedar al mando del Concejo ostentaría una personalidad lo suficientemente sólida para darle al palacio legislativo un rol social que hasta ahora no viene explotando.

Pero Saénz no es la única feminista en el planeta pro vida de Cresto. Otro mensaje dio el intendente al nombrar a una militante feminista y kirchnerista al frente de la Dirección de Gestión Preventiva y Promoción: la podóloga Agnes Pérez, de las filas de Unidad Ciudadana Concordia, se sumó al gabinete a principio de febrero, en plenas negociaciones preelectorales. Feminista, kirchnerista y cristinista, Pérez puede estar siendo “medida” en funciones.

En el mundo de los conservadores, sin embargo, hacen circular versiones que sostienen un probable acompañamiento como vice del actual secretario de Gobierno, Alfredo Francolini, lo que significaría solo una cosa: que nada cambiaría, y que todo sería más de lo mismo. Una vez más.

Por el lado de la oposición es también un hecho que Roberto Niez va como candidato, y en el PRO están más que confiados que el nombre propio del actual presidente de CTM es capital simbólico suficiente para dar una contienda electoral digna.

A nivel local, Cambiemos no ha mostrado una referente feminista, como si lo ha hecho a nivel nacional con el rol digno que jugó la diputada Silvia Lospenato en el debate por la legalización del aborto, por ejemplo.

En ese contexto, la que más consolidada aparece entre las filas del PRO es la concejala Magdalena Reta de Urquiza, valorada por su desempeño en el palacio legislativo y quizás premiada por su acérrima defensa del gobierno nacional durante estos tres años de gestión. Seguramente sea ella una de las que encabecen las boletas amarillas en la ciudad, aunque probablemente no sea como compañera de fórmula.

Por último, restará también saber qué mujeres aspirarán este año a ser concejalas en la ciudad. Otra feminista, la bordetista Carolina Amiano, buscará repetir mandato, pero su candidatura dependerá también de lo que finalmente acuerde Cresto con Bordet.

Habrá que ver si el espacio verde logra sostenerse en el recinto con mayor representatividad y peso político que hasta ahora. Será tarea de la militancia y la sociedad a favor de los derechos, exigir que así sea.-