“Soy padre de 4 niñas, todas en edad escolar. Una de ellas va al secundario, a una prestigiosa escuela de Concordia. Su profesora de idiomas introdujo un tema realmente inmoral, desarrollándolo y luego encargando a cada alumno un trabajo práctico. Por supuesto este tema se trataba de sexo, pero de lo más perverso y aberrante que usted pueda imaginar. Hermanos, no nos podemos quedar tranquilos frente a estas cosas. No podemos pecar por omisión. Estamos llamados a ser profetas, voceros de la verdad y la justicia de Dios”.

Sin el nombre de la escuela, sin el nombre de la docente, sin el dato certero y preciso acerca de aquello “perverso y aberrante”. Así se mueven los grupos que están en contra de la Educación Sexual Integral en Concordia.

La desinformación y la mentira asustan, pero son efectivas para captar la atención del oído desprevenido, confiado y, por qué no, necesitado de fe.

Aquellas palabras se escucharon este domingo por la tarde, en Plaza 25 de Mayo: las dijo un “invitado especial” que participó de la manifestación convocada bajo el slogan “Con Mis Hijos No Te Metas”. Fueron alrededor de 150, de todos los perfiles: solos, acompañados, en grupo, altos, bajos, gordos y flacos, y hasta monjas y curas, todos reivindicando “la familia”. También hubo niños y niñas, que daban vueltas por ahí, jugaban, muy ajenos a ese altar religioso que se levantó en pleno centro de la ciudad. Algunos llevaban carteles, a los más pequeños los hacían subir con sus pancartas al escenario: “no me sexualicen de pequeña, quiero jugar”, decía una de ellas.

Desde el estrado, pastores, curas, dos conductores, y hasta un concejal, arengaban al rebaño:

- “Con mis hijos….”

- “NO TE METAAAAAS”, respondían desde abajo, casi sin pensarlo.

Cuando hablan de ideología de género, los grupos que se oponen a la Educación Sexual Integral con perspectiva de género y de derechos humanos, hablan en realidad de la aplicación obligatoria de la Ley 26.150, sancionada en el 2006 y de muy limitado cumplimiento en el país. Para que la aplicación sea obligatoria, el senado debe ratificar la media sanción a la modificación que ya le dieron los diputados de la Nación. Al ser obligatoria, las escuelas ya no podrán excusarse en su “ideario” para no implementar ESI.

Pero evitar esa obligatoriedad es la nueva misión de los grupos religiosos y conservadores que, más que nada, buscan evitar que los niños, niñas y adolescentes crezcan formándose en valores como la diversidad, el respeto, y, sobre todo, la identificación y el freno a los abusos sexuales infantiles.

Cuando le piden al Estado que no se metan con sus hijos, le piden que continúe haciendo oídos sordos a las estadísticas más crueles: 3 de cada 4 abusos sexuales infantiles son cometido por un familiar o persona de confianza.

¿Si no es el Estado, quién protege a esos niños de su propia familia?

Pero hablar de ideología de género convierte a la cruzada en una cuestión política, y mezclan todo: “No podemos permitir que nuestros hijos estén siendo adoctrinados por un sistema de educación perversa, impulsado por corrientes clasistas (SIC!) que buscan que la sociedad se alinee al pensamiento posmodernismo (SIC!), ideológico (SIC!), dejando de lado los valores de los padres”.

La maraña conceptual no puede más que buscar confundir. A propósito.

Aunque son cada vez menos a la hora de exponerse públicamente, la alianza con las todavía poderosas iglesias encontró un nuevo resurgir para que los antiderechos ahora vayan por esta nueva meta: evitar la media sanción en el senado, tal como lo hicieron con la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

Pero aunque lo consigan, aunque frenen la modificación de la ley, la ESI ya ganó la batalla cultural: ya es parte de las nuevas generaciones y son ellos los que ya están exigiendo en las escuelas Educación Sexual Integral ¿Les van a pedir a sus hijos que con ellos no se metan? .-