Muchas veces me lo pregunto. En muchas oportunidades me he preguntado por qué lo hacemos, si vale la pena, las angustias, los llantos, las soledades, las compañías, los feriados y los domingos, los olvidos y los recuerdos teñidos de momentos ingratos. Muchas veces me pregunto si de verdad podríamos cambiar algo, si la causa merece los insomnios.

Comprometernos públicamente para defender nuestras convicciones tiene sus sacrificios. Menos horas con la familia, menos tiempo para estudiar, trabajar o disfrutar.

Esta última semana fue muy intensa. El caso de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) que sucedió hace un tiempo en el Hospital Masvernat tuvo derivaciones periodísticas impensadas, con publicaciones que se alejan de la defensa de los derechos y que, lisa y llanamente, atacan la ley vigente.

En este trajín de defender lo que es nuestro derecho, mucho dejamos en el camino, pero sobre todo, mucho salió a la luz, y nuestras relaciones personales también se vieron afectadas. Ganamos en unión, en acción, pero también perdimos algo de algunos vínculos con quienes creíamos no serían capaces de tanto.

Mi convicción y posicionamiento a favor de los derechos y la vida libre de las mujeres es tan fuerte, que no dudo en defender la ILE. Me pregunto por qué es tan fuerte la convicción de los antiderechos para salir a los medios de comunicación con noticias que vulneran y exponen de manera brutal la vida de una menor de edad, víctima ahora también del hambre voraz de las redes sociales.

Si supieran ellos que no es la única. Si supieran que ayudarlas a aprender Educación Sexual Integral es el mejor camino para “defender la vida”, si lo supieran, quizás, ellos también ocuparían su tiempo en defender derechos y no en atacar la ley.

Pero yo creo que lo saben, y lo ocultan. Y por eso hablamos de que desinforman a la sociedad, una grave falta para un medio de comunicación: omiten resaltar y señalar, entre otras cosas, que lo que sucedió en el Hospital Masvernat no es nada más y nada menos que lo que establece la ley a través del Fallo FAL de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Y como era de esperarse, en estas últimas horas se sumó la pata política de esta movida mediática y que tiene como objetivo presionar al gobernador Gustavo Bordet para que derogue el protocolo que implementó el Ministerio de Salud de Entre Ríos en el 2017.

Notas en un medio de comunicación + indignación de odiadores en redes sociales + presiones políticas partidarias: fórmula de manual en año electoral.

¿Buscan realmente cuidar la vida, o lo que buscan es instalar candidatos celestes funcionales a un electorado ávido de llenar vacíos generados por la angustia de un país que no crece, de promesas falsas, de bolsillos arrasados?

Que no paguemos las mujeres, que no paguen más las niñas, niños y adolescentes, otra vez, una deuda que no les corresponde.

Que la moral no tape la ley. Porque si retrocedemos la discusión al contrato social