Allí, los uniformados se entrevistaron con una mujer – de 44 años – quién manifestó que su propia hija, de 21 años, la estaba molestando. Tal actitud se dio a pesar de tener prohibición de realizar actos molestos y perturbadores contra su persona. Es que, en rigor, la muchacha contaba con antecedentes y tenía vigente una medida judicial.
Fue así que el fiscal Guerrero dispuso la detención de la joven por el supuesto delito de “desobediencia judicial en flagrancia”.