Saludo de Navidad

Queridos hermanos:

El orante de la Antigua Alianza anuncia con esperanza:

“Voy a proclamar lo que dice el Señor:

el Señor promete la paz,

la paz para su pueblo y sus amigos,

y para los que se convierten de corazón.

Su salvación está muy cerca de sus fieles,

y la Gloria habitará en nuestra tierra.

El Amor y la Verdad se encontrarán,

la Justicia y la Paz se abrazarán;

la Verdad brotará de la tierra

y la Justicia mirará desde el cielo.

El mismo Señor nos dará sus bienes

y nuestra tierra producirá sus frutos.

La Justicia irá delante de él,

y la Paz, sobre la huella de sus pasos”

(Sal 85,9-14).

 

Hoy esta palabra profética se ha cumplido. En Jesús, nacido de la Virgen María en Belén, se encuentran realmente la misericordia y la verdad; se besan la justicia y la paz; en la tierra brota la verdad y desde el cielo mira la justicia.

Comenta San Agustín: “La Verdad a la que no le basta el cielo, ha brotado de la tierra para ser colocada en un pesebre. ¿En bien de quién vino con tanta humildad tan gran majestad? Ciertamente, no vino para bien suyo, sino nuestro, a condición de que creamos” (Serm. 185, 1).

“A condición de que creamos”. Dios pide nuestra fe para recibir a Jesús.

Su omnipotencia de amor ha realizado lo que va más allá de la comprensión humana: el Hijo de Dios, siendo Infinito y Eterno, se ha hecho niño por nuestra salvación. Y sin embargo, este mismo Dios no puede entrar en mi corazón si yo no le abro la puerta.

Cuando por la fe Jesús entra en nuestra mente y corazón, la Verdad brota trayendo amor, justicia y paz.

Queridos hermanos, amor y verdad, justicia y paz se han encontrado, se han encarnado en el hombre nacido de María en Belén. Ese hombre es el Hijo de Dios, es Dios que ha entrado en la historia. Su nacimiento es un brote de vida nueva para toda la humanidad. Que nuestros corazones, nuestras familias, nuestra patria, nuestro mundo, recibiendo a Jesús sean una tierra buena, que acoge y hace germinar el amor, la verdad, la justicia y la paz.

¡Feliz y santa Navidad para ustedes y sus familias!

 

Luis Armando Collazuol

Obispo de Concordia

 

Concordia, Navidad de 2014