Mediante una entrevista brindada a Diario Río Uruguay, el presidente de la Federación del Citrus de Entre Ríos, Dante Grigolatto relató que “cuando tomamos conocimiento comenzó toda una odisea para poder juntar los fondos, porque no los teníamos. Pero tengo que agradecer a los amigos de mi hermano que están en el mercado, que son productores de la zona o que algunos son hijos de productores, que entre unos 15 o 20 llegaron a juntar la suma de $180.000, que fue lo que se acordó para el rescate y después de varias horas de espera interminables, devolvieron sano y salvo a ´Dani´”.

En este marco, Grigolatto detalló que “viaje a Buenos Aires ni bien me enteré de la noticia y cuando lo liberaron a los pocos minutos ya estuvimos en la Comisaría del Mercado Central, donde un móvil policial lo trajo hasta donde estábamos. Lo preocupantes es que los secuestradores exigían muy poco tiempo para juntar el dinero y con el cual no contábamos porque era muchísimo dinero para una producción donde los cítricos están muy tirados de precios en los mercados”.

Consultado sobre su opinión acerca de que si el secuestro fue estudiado, el titular de la FECIER enfatizó que “esta es gente muy bien entrenada, claro que fue estudiado y hay que destacar que a Daniel nunca lo maltrataron pero a nosotros nos hicieron pasar momentos terribles. Sabían muy bien y conocían los movimientos de todo y quienes trabajan en el Mercado Central, se lo dijeron. Realmente fue una impunidad terrible”.

Refriéndose a las decisiones futuras que tomarán, Grigolatto remarcó que “ningún centavo más vale arriesgar la vida, así que tenemos que replantearnos si queremos volver a trabajar ahí, porque no le deseo ni a mi peor enemigo la odisea que tuvimos que vivir, así que tendremos que evaluar que hacemos y si realmente quedan ánimos para seguir”.

Por último, el dirigente fue consultado acerca de los incidentes que también se registraron durante el pasado miércoles, en el frente de su domicilio particular, ante lo que puntualizó que “hay un grupo de viveristas que no quieren acatar las normas y obedecer las leyes que el SENASA ha promulgado para resguardar la citricultura. Por eso después del allanamiento que se hizo en el vivero que está cerca de mi domicilio, estos viveristas vinieron a mi casa a insultar con barbaridades a mi madre y a mi hermano que es una persona discapacitada y que nada tienen que ver en estas cuestiones. Porque si tiene algo que decirnos lo hablaremos entre nosotros, como siempre nos hemos caracterizados desde la federación y en las asociaciones, por el escuchar al otro, pero en estos casos lo único que pedimos es que se cumpla con la ley porque esto se demoró mucho y ahora están las consecuencias con estas plantas infectadas en la localidad de Mocoretá”.