En diálogo con Diario Río Uruguay la integrante de la Asamblea Ambiental Antifracking de Concordia, Justa Rostom mencionó que “va a ser un año, pero los hechos que han ocurrido han sido variados y muy intensos. Y por un lado lamentablemente nos fueron dando la razón a las prevenciones o advertencias que hacíamos respecto de la amenaza que había sobre la cultura guaraní” a pesar de que “todas las autoridades  fueron advertidas mediante escrituras y cartas, en forma vulgar, ningunearon la situación”.

Para recordar sobre lo que se advertía hace un año, Rostom explicó que “nosotros expusimos que esa era zona de interés por el tipo de formación rocosa  y que nosotros teníamos conocimiento de que en su momento hubo intensiones del lado argentino para hacer la exploración y posterior explotación”  en el caso de que “las exploraciones dieran resultado positivo”.  

Luego con más “firmeza tomamos conocimiento de un contrato firmado por Ancap, que es una empresa estatal del Uruguay y la empresa Petrex (privada) que habían hecho un contrato que se hablaba concretamente en lo primero, protección, luego exploración y posterior explotación mediante el sistema fracking”.

En este sentido, Justa Rostom apuntó que “el día uno de agosto estando reunidos con gente del Uruguay y dándole difusión en salto, nos avisan que los camiones vienen, y junto con las asambleas pertenecientes o que formamos parte del foro regional contra el fracking, (Chajari, Concepción del Uruguay, Colón, Paysandú) comenzamos a armarnos para evitar el paso de los camiones”.

Durante “el día primero avanzaron estos camiones y nosotros logramos que ellos se pasaran para la banquina y no le permitimos el avance, sin cortar el tránsito, lo único que hicimos fue detener los camiones”, explico la asambleista. 

En esa oportunidad Gendarmería Nacional intervino para hacer correr más aun los camiones para que parte de la banquina quede libre. Pero “para la noche que todo parecía normal, Gendarmería empezó a decirnos que teníamos que retirarnos por una orden que tenían”. Hasta que “de pronto detuvieron a cuatro de nuestros compañeros que estaban ahí, dos eran de la familia de Concordia y los otros de Colon”, subrayó Rostom. 

Para culminar unas de las integrantes de la asamblea antifracking remarcó que “a un año se piense seguir con la difusión para que la gente siga conociendo y se profundice de que esto no se terminó y a través de expresiones artísticas y gráficas vamos a recordar y vivir ese momento pasado, que pese a todo lo que tuvimos que vivir, fue un logro de las asambleas porque con el sobreseimiento de nuestros compañeros se sienta antecedentes para que se pueda continuar con la defensa del ambiente”.