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Anita Aquino Silguero, estudiante de la Facultad de Ingeniería e integrante del grupo ganador a nivel nacional mencionó que “es una experiencia realmente genial y me encantaría que más gente participara, sobre todo alumnos, porque vale la pena; uno descubre allí habilidades que naturalmente pensaría que no tiene”.

La competencia se llevó a cabo el pasado 1 y 2 de octubre a través de modalidad virtual y propuso resolver desafíos actuales que requirieran de soluciones creativas, en el ámbito tecnológico, social, ambiental, organizacional y logístico, entre otros.

“La problemática que elegimos era qué hacer con los cubrebocas que la gente tira, porque es impresionante la cantidad de desechos plásticos que produce y el problema ecológico y sanitario que genera. Son desechos patológicos y eso la gente no ve”, relató la estudiante.
MINT fue el invento que les permitió quedar en primer lugar a nivel nacional y pasar a las finales internacionales”, contó la estudiante sl programa A Tres Bandas de Radio UNER.

Al tiempo que señaló que el proyecto “consiste en una mascarilla con características innovadoras, que contribuye a subsanar la gran masa de residuos generados por el uso de cubrebocas descartables que, tal como narra el equipo en su video de presentación, en el mundo representan unos 129 mil al mes”.

Con esto se busca resolver “no es solo medioambiental sino también la problemática sanitaria, ya que se trata de productos médicos regulados y con una vida útil determinada que, una vez usados, se convierten en residuos de tipo patológicos y no reciben el tratamiento adecuado. En ese sentido, MINT combina lo mejor de las alternativas disponibles: “está hecha con un material biodegradable por lo cual no genera residuos y, además, tiene una capa interna que se torna de color rojo para avisar que ya es momento de limpiarla porque ya no tiene la protección que debería”, describió.

Silguero explicó además que, más allá de que la mascarilla sea biodegradable, la idea es que no se use solo una vez, dado que no haría una diferencia importante ante la problemática.

“Naturalmente el color rojo genera peligro, entonces al verlo la persona lava la mascarilla, la desinfecta y la puede volver a utilizar una cantidad de veces”, mencionó. Asimismo agregó que “también creímos importante agregar una banda negra que avisara que ya no se puede usar más y que hay que descartarla”.