Francolini puntualizó que, por densidad de población, la mayor demanda de inscriptos “se da en las ciudades grandes como Paraná, Concordia, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú”.

En declaraciones a Diario Río Uruguay, remarcó que “el año pasado comenzamos cerca de 6000 viviendas, de las cuales se entregaron 2.300, y se van a entregar más en abril”. De esta manera, aseguró que “a medida que se vayan terminando vamos teniendo más cupos y nos vamos a mantener en 6000 viviendas en construcción permanente”.

En el caso de los municipios como Concordia “debe seguir gestionando para tener más viviendas, no sólo a través del IAPV, sino de todos los planes que tiene la Nación”.

El Vicepresidente del IAPV dijo que la capital del citrus cuenta con construcciones desde distintas fuentes y organismo, “no sólo lo que hace el IAPV que son con aportes de la provincia, sino también lo que aporta la Subsecretaría de Vivienda de la Nación”, como las encaradas en colaboración con el municipio en los barrios "El Silencio" o "María Goretti". A lo que se suman los mejoramientos barriales a través del PROMEBA, que también tienen respaldo de la Nación.

Para Francolini, “en construcción de viviendas en Concordia se ha hecho mucho”, si bien reconoce que “también nos falta mucho, pero creo que hay que seguir trabajando en esto”, por lo que era fundamental que “el IAPV siga mejorando en lo que es la recaudación”.

En cuanto al nivel de morosidad, detalló que de 17.000 morosos que había años atrás de la cuota de viviendas, “hoy disminuimos ese número hasta tener casi 4.000, y muchos de esos están judicializados o embargados sus haberes”, explicó. En lo cuantitativo se pasó de cobrar “un total cercano a un millón de pesos y ahora pasamos a los nueve millones de pesos”. Subrayando que “desde hace 3 años, de las casas que se han entregado no tenemos ningún caso que no se esté pagando”.

Por último rescató la función social del PROCREAR, que “nos ha dado una gran mano, porque viene a cubrir un margen de la clase media, que no ingresa en las casas sociales o solidaras porque su ingreso es mayor a lo permitido para adquirir una vivienda de este tipo, pero tampoco podían acceder a un crédito hipotecario común”.