El micro provenía de Puerto Iguazú (Misiones) y se dirigía a La Plata (Buenos Aires). Uno de los perros entrenados para detectar sustancias ilegales fue el que detectó la presencia de la droga en la bodega del ómnibus.

Los 44 ladrillos estaban escondidos en un bolso y una valija y el pesaje arrojó un total de 32,644 kilogramos.

El pasajero que reconoció ser propietario del equipaje -un ciudadano argentino, mayor de edad- fue detenido y permanece incomunicado, a disposición del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, que dispuso las medidas adoptadas.