El Dr. Sigiotti explicó que la versión que señalaba que no quedaba otro caminó que la amputación traumática del miembro, puede haber surgido porque la herida con la que ingresó el joven “incluía la fractura de los huesos cúbito y radio (que comunican el antebrazo con la mano) y la rotura de la

arteria cubital”. Afortunadamente, los dientes de la cierra en la moladora no llegaron a cortar totalmente la “arteria radial, por lo que la mano, mal que mal, siguió teniendo algo de irrigación”.

El médico aclaró que la intervención fue exclusivamente para salvar la extremidad, para los cual se le colocaron clavos quirúrgicos buscando soldar nuevamente los huesos y se practicó “una anastomosis, que es la unión de los cabos de una arteria lesionada”.

Ahora habrá que esperar la evolución y luego pasar a la reparación “de nervios y tendones y ver la evolución de una herida sucia y contaminada, que puede llegar a tener otras complicaciones. Pero hay que ver como evoluciona”, remarcó.