
Según sus palabras, este es “el trabajo que tenemos hace muchos años y venimos buscando una respuesta, porque el municipio nos ha prometido muchas cosas desde hace varios años, desde que salió la ordenanza que prohibió la tracción a sangre, pero no ha cumplido”.
Por eso “queremos que dejen trabajar tranquilos a los compañeros o que les den un trabajo estable, un trabajo digno a todos los padres de familia, que son producto de la misma política que atenta contra derechos sociales, culturales, etcétera”.

Sin embargo, reconoció que “realmente no nos regalaron nada, nos hicieron un comodato por el caballo y nosotros seguimos cirujeando, viviendo de la basura, nos dejaron a la deriva”.
