Enseguida, “se le hizo una radiografía de tórax y se observó el piercing en la zona esofágica alta”. Entonces desde el área de cirugía de tórax le hicieron una esofagoscopía rígida para hacer extracciones y lamentablemente no lo encontraron. Luego, “efectuamos una endoscopia digestiva y tampoco lo hallamos, y aprovechando que la paciente estaba dormida, decidimos que se le pase una canulita para ver si se ubicaba en la vía aérea y llegamos a la conclusión de que estaba en los bronquios”.
En este sentido, Cuestas señaló: “Nos llamó mucho la atención de que el elemento no obstruía la vía aérea pero había que extraerlo porque se iba a infectar”, explicó el médico especialista.
El jefe de la Guardia destacó el trabajo interdisciplinario que se llevó acabo en el nosocomio, “es lo que se hace normalmente en el servicio de emergencia con guardias pasivas”, dijo y añadió que “los piercings que se colocan en la boca a veces son un problema”.