Minutos antes del mediodía del domingo, los automóviles que estaban por disputar la final del Top Race se impacientaban en la grilla de partida, pasaban los minutos bajo el calcinante sol y por motivos que se desconocían se dilataba la orden de largada.

El tiempo de espera se incrementó y lo motores comenzaron a apagarse y las preguntas a encenderse. ¿Qué pasaba que los comisarios deportivos no autorizaban la partida? ¿Por qué los bomberos locales se habían retirado de los lugares establecidos para brindar seguridad?

Oscar Cutro, presidente del Automoto Club Concordia (la entidad de que administra el autódromo de la ciudad) explicó a Diario Río Uruguay que fue lo que sucedió. “Lo que pasa es que todo tiene un límite”, comenzó señalando el entrevistado, para explicar que la categoría que hoy es propiedad del ex-piloto y empresario Alejandro Urtubey (hermano del gobernador de Salta) pretendía pagar menos del 20% de lo que correspondía por la utilización de la pista local.

El punto es que el Auto Moto Club “teníamos rebotados todos los cheques de la carrera anterior”, motivo por el cual se había aclarado que en esta ocasión “queríamos cobrar, porque teníamos que pagar las ambulancias, los bomberos, la seguridad y todo los gastos”.
Fue en ese marco que el mencionado Urtubey “nos dice: les vamos a dar 100 mil pesos y lo otro en la próxima carrera del año que viene”, quedando un saldo sin cubrir de “500.000 pesos, más o menos”.

La conducción del autódromo local propuso que se pagara con los cheques que habían entregado cada uno de los pilotos para poder participar de la carrera, pero la respuesta fue “ya los había mandado todo a Buenos Aires”.

Ante la postura intransigente de quienes conducen la categoría Top Race, desde el Auto Moto Club se tomó una decisión práctica, “gracias a una idea del vicepresidente y el tesorero” reconoce Cutro, ya que se les ocurrió retirar a los bomberos de los distintos puestos de seguridad, lo que obligaba a parar la largada de la carrera por falta de medidas de seguridad.

Finalmente el dinero apareció y la carrera pudo restablecerse. Pero todo lo vivido “es algo que nos duele, porque la categoría esta hermosa y ya habíamos arreglado (otra carrera) para el año que viene, pero así no podemos seguir”, argumentó Cutro.

El dirigente local subrayó que entre los gastos corrientes para el mantenimiento del autódromo “tenemos cinco empleados, junto con el pago de un seguro y la factura de energía eléctrica que en Concordia todos saben lo que estamos pagando”. Por último descartó que lo vivido el domingo pudiera generar alguna actitud corporativa por parte de otras categorías en contra de la plaza local. “Al contrario, tuvimos el apoyo de gente de Buenos Aires, felicitándonos porque fuimos los primeros que pusimos lo que había poner”.