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La actividad citrícola ha sido declarada en emergencia nacional. El cierre del mercado europeo en 2020 y el atraso cambiario son dos de los principales factores que conspiraron contra la rentabilidad de la exportación de naranjas y mandarinas.

Si bien Europa anunció la reapertura, son de tal magnitud sus exigencias que, en los hechos, el principal mercado del citrus dulce, a los efectos comerciales, continúa cerrado para el NEA. Por lo que la pretensión gremial de que los sueldos se eleven en un porcentaje exorbitante volvería inviable la actividad.

"Salta a la vista que lo solicitado no guarda proporción con otras paritarias del país y excede sobradamente los aumentos otorgados en la citricultura del NOA, siendo que esta última región cuenta con una producción significativamente mayor que es colocada en mercados mucho más rentables", explicaron desde la CECNEA.

Las empresas del sector coincidieron en que es justo y necesario que sus colaboradores reciban una recomposición salarial que les permita recuperar el poder adquisitivo deteriorado por los elevados índices inflacionarios, pero pidieron que prime la racionalidad a fin de acordar aumentos que no conspiren contra una actividad que da trabajo a más de 10.000 personas en cada temporada.

"Ni a las empresas ni a sus trabajadores les conviene que el sector sufra la parálisis que sobrevendrá de manera inevitable ante la imposibilidad de cumplir con aumentos salariales que no guardan relación alguna con la realidad de una actividad que están en emergencia nacional", advirtieron desde la Cámara de Exportadores.
Adverso 2020
La exportación de citrus dulce viene de un año 2020 extremadamente difícil. Un clima adverso, problemas sanitarios y crisis económicas llevaron a un achicamiento del sector y a una caída productiva. Según los relevamientos efectuados, se estima que el Litoral, principal región productora de mandarinas y naranjas, tuvo una merma promedio del 40%.

La exportación de mandarinas se mantuvo, al igual que en años previos, relativamente baja. La de naranja se inició con muy buenas expectativas ante la fuerte demanda en los mercados de exportación, pero el conflicto fitosanitario de los limones también se trasladó a las naranjas. Por lo cual, los envíos a Europa se suspendieron en forma muy temprana, dejando de exportarse unas 20.000 toneladas.