
Si bien eso solo alcanzaría para señalarse que se estaba violando la cuarentena impuesta por el gobierno nacional, el hecho fue duramente criticado en las redes sociales porque el propio cura invitaba a los vecinos a que salieran de su encierro domiciliario para tocar la imagen religiosa.

El decreto que rige las restricciones por la cuarentena reconoce que los sacerdotes y los ministros de todos los credos pueden concurrir a lugares determinados para “brindar asistencia espiritual”, pero deja en claro que eso no incluye “eventos religiosos que impliquen la concurrencia de personas”.