Los sectores dominantes de la economía, que son a su vez los que manejan el 80-85% de los medios de comunicación del país y también tienen fuerte incidencia sobre el Poder Judicial y sobre el Poder Legislativo, están haciendo un trabajo de erosión y desgaste del gobierno nacional en la búsqueda permanente de provocar una devaluación.

¿Qué es provocar una devaluación? Es generar una transferencia de ingresos desde los que menos tienen hacia los que más tienen. “Devaluar el peso” significa que los salarios van a ser cada vez más baratos y los dueños del capital van a tener cada vez más recursos.
¿Hay razones para provocar una devaluación? Ninguna. De acuerdo con los datos del Banco Central, El tipo de cambio peso/dólar es competitivo. En función de los países con los cuales tenemos mayor nivel comercialización, la autoridad monetaria realiza un análisis permanente del tipo de cambio real medido no sólo en dólares sino también en reales y en yuanes y los indicadores que existen actualmente establecen que no hay necesidad de devaluar.

Así todo, el BCRA tiene una política específica para los sectores exportadores granarios, en lo que se denomina vulgarmente “plazo fijo chacarero”, para que puedan vender sus cereales al mercado internacional y establecer plazos fijos atados al valor del tipo de cambio, dándoles todas las garantías de que si hubiera una devaluación, van a cobrar al tipo de cambio de ese momento.

La inflación que estamos viviendo en la Argentina es pura y exclusivamente de puja distributiva. Tiene que ver con el tipo de cambio y con las expectativas de los sectores más concentrados de la economía de lograr mayores niveles de rentabilidad en función de defender sus intereses y privilegios.

Por ejemplo: cuando asumió Mauricio Macri en diciembre de 2015, el PBI se repartía 51% para el mundo del trabajo y el 49% para el mundo del capital. Cuatro años después, cuando Macri se fue del gobierno, la partición del producto bruto es 42% para los trabajadores y 58% para el capital.
Vale decir que el trabajo perdió 9 puntos en relación del producto. Lo que están buscando los sectores concentrados es aumentar esa brecha y obtener cada vez más ganancias.

Hoy la situación del sistema financiero argentino es de holgura. A niveles históricos, los depósitos son altos. Los bancos inclusive tienen exceso de liquidez porque hay más depósitos que solicitudes de crédito, y la mora que tiene el sistema financiero es la menor de la historia. El otro dato importante para destacar es que los cheques rechazados están en el escalón más bajo el proceso histórico.

¿Cuál es la situación de la deuda pública en relación al producto bruto? Cuando se fue Macri era de 89,8%. Actualmente, al cierre del primer semestre del 2022, es del 80,1% del PBI. Y si lo miramos en dólares, al 2019 la incidencia de la deuda pública era del 70% del producto y al primer semestre del 2022 es del 59%. Es decir, que en el gobierno de Alberto Fernández la incidencia de la deuda viene bajando.

Otro dato importante sobre cómo le está yendo al sector que genera mayoritariamente los dólares en la Argentina, que es el sector agropecuario, es que en 2022 en el primer semestre hay récord de ventas en maquinarias agrícolas, en tractores y en vehículos utilitarios dedicados a la actividad del campo. En el período de Macri estaban en un periodo de recesión y ahora en expansión.

Las dos empresas de alimentos más importantes de país, ARCOR y Molinos Rio de la Plata, en el período de Macri tenían balances negativos. En el gobierno de Alberto Fernández tienen balances positivos por miles de millones de pesos en cada uno de los ejercicios 2020, 2021 y el primer semestre del 2022.

Uno de los problemas principales que tiene el Gobierno en este momento es que el aumento del precio internacional de la energía ha llevado que la inversión, que era de 2.280 millones de dólares en el 2021 a 6.900 millones de dólares en el 2022. Es decir, que el valor de la importación se multiplicó casi tres veces por aumento de precios pero también porque hay incremento de consumo. La economía crece y entonces la industria demanda cada vez más energía y esto genera este cuello de botella.
¿Cuándo se va a resolver esto? Cuando los argentinos tengamos operativos el gasoducto “Néstor Kirchner”, que se está construyendo en este momento.

Hay sectores políticos de la oposición que quieren aprovechar esta situación de “malestar de los mercados” y están presionando en términos políticos, algunos llevando a situaciones extremas, graves, como es el caso del militar autoproclamado “carapintada”: Aldo Rico, que promociona un golpe de Estado, pero también sectores políticos que declaman pedidos de juicio político al presidente.

Esto demuestra claramente que, lejos de estar buscando una salida de consenso para los problemas que tiene el país, lo que están buscando es hacer negocios políticos, mirando con miopía la coyuntura.

Por Néstor Loggio. Presidente de la Comisión de Producción de la Cámara de Diputados.