Eso hace de la concentración de hoy en Gualeguaychú un fenómeno estrictamente político-partidario. Se presenta un pliego de demandas de orden gremial pero también de orden partidario relacionado con la política económica.
El campo no es uno solo. No es lo mismo un pequeño productor agropecuario de 50 hectáreas con una chacra mixta, que un gran productor cerealero o ganadero. Y hoy las gremiales agropecuarias están representando los intereses de los grandes productores.
No se pueden quejar de que les va mal porque cuando uno conversa con productores rurales se pueden apreciar los niveles de rentabilidad, tanto de granos como de la actividad ganadera, los cuales son buenos.
¿Se quejan sobre la falta de gasoil? Hay un problema global de abastecimiento, no es solamente algo que pasa en la Argentina. Además el Gobierno Nacional está resolviendo la situación lentamente y aquél cuello de botella que sucedió hace 20 días ya no existe.
Pero ya comienzan a plantear problemáticas sobre la política económica, pues esos son planteos propios de un partido político.
La crítica destinada al Gobierno Nacional sobre los índices de déficit fiscal también debería hacerse a la mayoría de los países capitalistas del mundo, ya que todos redondean el orden del 3%
Además se debe recordar que el actual porcentaje de déficit fiscal que posee Argentina tiene que ver con el aumento de importación de gas necesario para sustentar el crecimiento económico realizado durante el gobierno del Frente de Todos y el cual se verá reducido una vez finalizado el gasoducto Néstor Kirchner.
Por eso la Mesa de Enlace es hoy claramente el mascarón de proa de Juntos por el Cambio. Tal vez deberían sincerar esta cuestión política y explicitar que trabajan cómo ariete de Juntos por el Cambio para tratar de desgastar al gobierno.
Por eso entender la política económica actual permite comprender y proyectar la coyuntura política a mediano plazo y que el planteo de la Mesa de Enlace es absolutamente partidario.