Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía.\n\n¿Cómo pensar el día de la madre en clave feminista? Lo obvio sería relacionarlo sólo con el aspecto comercial, pero hay un trasfondo más profundo, que habla del lugar al que subyuga a la mujer “el día de la madre”.\n\nAunque también exista un “día del padre”, para los días de la madre la pompa publicitaria redobla la apuesta, y florecen los “elogios”: “las únicas”, “mamá, merecedora de todo porque todo lo da”, “las reinas del Hogar”, “las luchadoras incansables”, y así hasta la eternidad, todo con tal de reproducir en el tiempo el mandato que sostiene a la mujer como responsable excluyente de la crianza.\n\nCuando luchamos por la paridad de género, cuando luchamos por la igualdad, estamos luchando por un mundo posible en el que no haya reyes, ni reinas, ni subordinados, un mundo en el que la maternidad no sea endiosada, sino parte igualitaria de una crianza compartida.\n\nPero estos mandamientos todavía se reproducen con fuerza: en el Estado, por ejemplo cuando la propuesta para celebrar el día de la Madre es un desfile de modas, que solo asocia a la mujer con el consumo y la estética; o en la sociedad civil, cuando nos ceden el lugar en el colectivo (sí, a las embarazadas sí, pero por una cuestión de seguridad). Cuando el varón cede el lugar en el colectivo, o abre la puerta del auto, ubica a la mujer en un lugar de debilidad, de inferioridad de condiciones.\n\nEsa subvaloración fue disfrazada durante mucho tiempo de “caballerosidad”. Por eso la metáfora de la monarquía debe llegar a su fin, porque de lo contrario seguimos sosteniendo en el tiempo y en la historia un modelo de relaciones – sobre todo heterosexuales -que pone a la mujer como la capitana de un barco que, sin ella, se hunde. \n\nNo hay, no tendría por qué haber, roles jerárquicos en la crianza de nuestros hijos e hijas: mujeres y varones podemos llevar esta tarea de manera igualitaria. Pero es el Estado el que debe dar la herramienta para empezar el cambio cultural, implementando por ejemplo licencias por maternidad y paternidad compartidas.\n\nSi dejamos de pensarnos como madres reinas, hombres caballeros e hijas princesas quizás, solo quizás, ya estemos dando el primer paso para cambiar 1 día de la madre por 365 días sin machismo. -