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El Malbec mendocino ya no está solo. Cepa emblema de la calidad de los vinos argentinos, este año más que nunca se demostró que otros varietales y otras regiones del país pueden alcanzar los mismos o superiores niveles de excelencia.

Así como un Tannat de Salta obtuvo el máximo puntaje en la última edición de los Decanter Wine Awards 2020, ahora es noticia un Pinot Noir de la Patagonia, el Treinta y Dos 2018 de Bodega Chacra, que acaba de ser elegido "Vino del Año" en el más reciente reporte del crítico estadounidense James Suckling.

Suckling ya le había otorgado 100 puntos (máxima calificación) a esta etiqueta en abril pasado, cuando publicó su listado de los mejores vinos argentinos del año. Sin embargo, este nuevo informe va mucho más allá: pone al vino de Chacra al tope de un listado que incluye 100 etiquetas de las mejores bodegas del mundo.

De esta manera, este tinto elaborado en la localidad de Mainqué, en el Alto Valle de Río Negro, superó a otros ejemplares de prestigiosas bodegas de Italia, Francia, Alemania, España, Estados Unidos, Austria, Portugal, Chile y Australia. Otro vino argentino, el grand cru de Cheval Des Andes 2017 (Mendoza), ocupó el puesto N° 9 en el competitivo Top 10. Además, otros siete vinos de la misma provincia figuran entre los 100.

Suckling observó que es la segunda vez que un vino argentino lo cautiva al punto de otorgarle el primer puesto mundial. "La primera vez fue en 2014 con un Malbec de Luján de Cuyo de Viña Cobos. Esta vez se trata de un vino que viene de un lugar extraordinario, no solo porque es un perfecto vino de 100 puntos sino porque representa una serie de características que aplaudo en la viticultura en este momento en particular, con el cambio climático y la volatilidad económica", dijo desde Hong Kong, donde se encuentra trabajando en este momento.

Cuando Suckling elogia el modo en que está hecho este vino se refiere a su elaboración orgánica, una tendencia en crecimiento en el mundo. Según el crítico, este vino es el resultado de "una producción sustentable y responsable con el medio ambiente, de impresionante valor, de carácter claro y transparente que refleja su ecosistema e increíble 'bebilidad'".

Un "vino de campesinos", de Río Negro al mundo

Bodega Chacra es un emprendimiento de Piero Incisa della Rocchetta, un italiano de estirpe artistocrática y dueño de bodegas en la Toscana que hace 17 años decidió recuperar un antiguo viñedo abandonado en Mainqué, una pequeña localidad del departamento de Gral. Roca, al norte de la provincia de Río Negro.

Piero había quedado fascinado con el Pinot Noir patagónico desde la primera vez que probó uno en Nueva York. Y en 2003, cuando encontró vides de esta cepa plantadas en 1932, tuvo la certeza de que ese hallazgo tenía un potencial enorme. No se equivocó.

"Cuando encontramos esta pequeña viña, de apenas 1.8 hectáreas, nos dimos cuenta de que eran prácticamente oro en un lugar con un microclima extraordinario", recuerda Piero desde Mainqué, donde recibió la noticia del reconocimiento de su vino.

"Es un enorme orgullo haber podido venir a la Argentina como huéspedes, donde nos atendieron muy bien y pudimos llegar a este resultado en muy poco tiempo", celebra. También destaca la agricultura orgánica y biodinámica con la que trabajan, donde el entorno -una granja con animales y colmenas donde producen miel- contribuye a la trazabilidad del producto final. "Este lugar es como un jardín del Edén. Al tener baja humedad, no hay plagas, no hay enfermedades en la viña. El único enemigo es el granizo o la helada, pero las condiciones son ideales: composición mineral del suelo, clima, luz, todo esto nos permite hacer los vinos que hacemos, con una muy buena tensión, muy minerales. Son vinos muy gastronómicos y con mucha energía", describe.

Para della Rochetta y su familia, las distinciones internacionales no son nuevas. El vino insignia de la bodega familiar Tenuta San Guido, llamado Sassicaia, ya había obtenido 100 puntos Parker y había sido elegido "vino del año" por la revista Wine Spectator. Pero esta es la primera vez que el proyecto personal de Piero en Argentina llega tan lejos.

"Que nos elijan mejor vino del año es como ganar la Champions. Se demuestra que un vino de campesinos como el nuestro puede ser valorado por el mérito de su trabajo", se enorgullece.

Por su producción 100 % artesanal, se elaboraron solo 6.960 botellas del Chacra Treinta y Dos 2028. Solo 15 % se destinó al mercado interno, por lo que actualmente hay muy pocas unidades disponibles para la venta en Argentina. Esta dificultad para conseguirlo, sumado al prestigio de la etiqueta, hace que las vinotecas especulen con su precio, que varía entre los 5 mil y 25 mil pesos.

Ahora, a raíz del nuevo galardón, la bodega decidió sacar a la venta una partida adicional de 160 botellas que podrán adquirirse a partir del 1° de diciembre. Los pedidos deben hacerse directamente a través de las redes sociales.