Las personas demandantes plantearon que se trataría de un caso de “grooming” -acción por la que una persona adulta contacta a un niño o adolescente a través de comunicaciones electrónicas- y con ese argumento hicieron la denuncia correspondiente.
La causa está dando sus primeros pasos en el Ministerio Público Fiscal local, donde ahora se deberá investigar el hecho y establecer, entre otros aspectos, si las personas que recibieron los mensajes son menores de edad, algo determinante para avanzar en una causa por presunto grooming o si, si los denunciantes son mayores, ver si es necesario configurar otro tipo de acusación.