Silva subrayó que con ninguno de los imputados había tenido altercados anteriormente y relató que al momento del ingreso a la Jefatura por parte de quienes integraban la marcha fue atacado con un gas pimienta en ambos ojos y golpeado en varias partes del cuerpo, por lo que debió ser socorrido y trasladado en un auto particular hacia el Sanatorio Concordia, donde fue atendido de urgencia por los médicos.

"Cuando estábamos con Villalba en la puerta de la Jefatura esperando recibir a la marcha integrado por mujeres, niños y oficiales de civil, se nos vienen y una mujer me tira con un gas en el ojo izquierdo, para después otra rociarme en la vista derecha y golpearme", describió Silva.

El agente con 29 años de trabajo en la fuerza señaló que a los días de recuperarse recibió de parte de varias personas la confirmación que quienes habían participado en las agresiones eran Lacuadra, Gómez y Zaragoza, por lo que los incluyó en su denuncia.

En las dos horas y media que declaró, el ex Jefe de Logística de la Departamental contestó al fiscal y al grupo de abogados defensores, que destinaron una importante parte del tiempo a reiterar preguntas ya contestadas por el testigo. 

A entender de Silva, la Jefatura efectivamente estuvo tomada durante esas horas y ratificó lo expuesto ayer por el ex Jefe Departamental, Lucio Villalba, de que las esposas de los uniformados ocuparon un papel como primera línea de choque, para despues llegar los policías. 

En ese contexto explicó que durante el día lunes 9 no concurrió a la Jefatura por prescripción médica de reposo y que actualmente tiene secuelas en su vista, tras dos operaciones oftalmológicas.

La quinta audiencia tuvo como particularidad el escaso acompañamiento de los familiares de los imputados, que a lo largo de los días ha venido disminuyendo. Así mismo, los abogados defensores comenzaron a desistir de algunos testigos citados para declarar, considerando que su aporte no haría grandes aportes.