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Todo había comenzado con un incidente protagonizado por presos del Pabellón 1, ubicado en el sector sureste del Penal, con lo se iniciaron corridas y se observaban distintos focos de fuego generado por los amotinados.

Gritos, corridas y decenas de disparos de escopetas se fueron sucediendo puertas adentro, mientras en el exterior, llegaba la Policía de Entre Ríos y rodeaba la Unidad para evitar lo que parecía ser un intento de fuga.

Desde el aire, podía observar los movimientos de los internos que con el correr de los minutos, pasaron a otros sectores o pabellones, ya que lograron abrir boquetes en paredes divisorias.

Así se generaron nuevos focos ígneos y comenzaron a llover las piedras contra los uniformados que estaban apostados en los techos y los alrededores, incluyendo a las unidades u personal de Bomberos Voluntarios.

Fueron estos últimos los que subieron a los techos del lado oeste de la cárcel, para tratar de sofocar con sus líneas de agua, las llamas que generaban un gran peligro, mientras algunos presos golpeaban insistentemente uno de los grandes portones que dan al sector del lavadero, con evidentes intenciones de salir por el lugar.
Más refuerzos
Los minutos fueron pasando y se sumó el Grupo Especial de la Policía de Entre Ríos, que se acopló al operativo, al tiempo que se hacían presentes el fiscal coordinador, doctor Fernando Lomardi y la fiscal Federal, doctora Josefina Minatta, legando luego el juez Federal, doctor Pablo Seró.

Para esto ya estaban colaborando en el lugar la Policía Federal Argentina y la Gendarmería Nacional, con persona de Grupos Especiales, con la coordinación de los máximos responsables de esa fuerza en el lugar de los hechos.

Luego de largos minutos de violencia que se había extendido en todo el interior del Penal, se dispuso la entrada del Grupo de la Policía provincial, a los que se plegaron los Federales, escuchándose un gran cantidad de detonaciones simultáneas y gritos.
Reclusión en pabellones
Momentos más tarde, se pudo saber que los revoltosos se habían recluido en el interior de los Pabellones, dejando libres los patios, pero estos llenos de escombros y elementos quemados.

Pasadas las 17 horas, las autoridades judiciales hacían su ingreso a la Unidad con el delegado penitenciario, intentando encontrar una pacificación del lugar y atender a los internos para conocer cuál fue el motivo de semejante motín.

Durante los incidentes, se pudo observar que un efectivo del Cuerpo de Bomberos debió recibir asistencia médica y ser llevado a una ambulancia, con evidentes signos de agotamiento y falta de oxigeno.

Se desconoce oficialmente por el momento si se registraron lesionados entre los presos, trascendiendo que podría haber cuatro afectados, pero leves por lo que no fue necesario su traslado, confirmándose que ningún funcionario sufrió lesiones de consideración, salvo algunos cortes o excoriaciones, producto de los piedrazos.
Los reclamos
Con la calma regresada, pero con una evidente tensión reinante, las autoridades judiciales pudieron dialogar, constando que entre los reclamos, estaba el pedido de cumplir las cuarentenas en sus domicilios, mayores medios de higiene y que se les entreguen barbijos y guantes.

Sin dudas el incidente es derivado de exceso de población penal (350 internos) y el temor que se está generando por el coronavirus.

Al parecer los actos violentos habrían comenzado por parte de presos oriundos de la ciudad de Concordia, violencia que se fue propagando y contagiando a los demás reclusos, que pusieron en jaque a los agentes penitenciarios que se veían desbordados. Afortunadamente la calma regresó y los internos pidieron no haya represión por los sucesos y que se les de los elementos para ser ellos mismos los que limpiaran los Pabellones afectados por la revuelta.
Fuente: 03442 Noticias