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La novedad fue confirmada a Diario Río Uruguay por las personas que -en la mañana del domingo- descubrieron que en la madrugada habían sido visitados por delincuentes que no solo que robaron cerca de mil metros de cable, sino que además rompieron una importante cantidad de las balizas que marcaban la pista para aterrizajes nocturnos, como los que habían permitido operaciones urgentes para incontables ablaciones en los últimos años.

Hasta el momento no hay un cálculo económico de las pérdidas, pero el daño más importante es que se priva a toda la región de Salto Grande -y gran parte de la costa del Uruguay- de contar con una pista para operación nocturna.
Ni siquiera el cerco perimetral que rodea el predio del aeródromo Pierrestegui fue una barrera para los delincuentes, que tienen que haber trabajado por un largo tiempo para extraer tanta cantidad del cableado subterraneo. Pero no contentos con ello, también se dedicaron a romper las costosas balizas que estaban a la vera de la pista de aterrizaje.