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El 20 de marzo de 2020, Concordia amaneció desolada.
CRÉDITO: DIARIO RIO URUGUAY
La novedad había sido dada conocer tras el término de una reunión que se mantuvo en la Residencia de Olivos, donde estuvieron gobernadores (entre ellos el entrerriano Gustavo Bordet), ministros y funcionarios, en la cual se analizaron medidas a implementar para contener una pandemia sobre la cual aún no se dimensionaba lo que iba a causar.

El presidente aclaraba entonces que los ciudadanos, solo tendrían permiso para salir de sus casas a "hacer lo necesario para su vida habitual", como las compras de alimentos en comercios de proximidad y productos de farmacia. Los únicos exceptuados eran aquellos trabajadores abocados a tareas consideradas esenciales.

En aquel entonces, la ciudad de Concordia transitó su primer día de aislamiento como si fuera un feriado. El movimiento de la ciudad disminuyó considerablemente y se destacaba un importante tránsito vehicular y una casi nula presencia de gente en las calles.

Los comercios mayoristas de alimentos y los bancos, por ejemplo, se encontraban dentro de las excepciones que establecía el decreto de aislamiento social. En el caso de Concordia, durante la mañana del 20 de marzo de 2020, estos negocios se encontraban repletos a pesar de las advertencias sobre la rápida circulación del virus.

Una de las primeras medidas implementadas en la ciudad, a raíz del aislamiento se dio en el transporte público, ya que, por la escasa circulación de pasajeros, las diferentes líneas de colectivo debieron reducir la frecuencia de sus servicios.

El día de la implementación de la cuarentena no estuvo huérfano de hechos curiosos, como por ejemplo el caso de un hombre que, bajo la influencia del alcohol, decidió arrojarse al río en Concordia con el objetivo de cruzar hacia la vecina ciudad de Salto. Tras una intensa búsqueda, se conoció que el joven de 20 años se encontraba a salvo en la República Oriental del Uruguay.

En su momento, otra peculiaridad motivada por la interrupción de las actividades sociales fue la que vivió el cine argentino y, en este caso, el estreno de “La sombra del gallo”, uno de los títulos del director concordiense Nicolás Herzog, que debió suspender su proyección en sala y presentarse vía streaming a través de la plataforma cine.ar.

Luego de eso vendrían los controles en los distintos ingresos habilitados en la ciudad y las noticias sobre los primeros casos y la pandemia propiamente dicha que se llevaría la vida de miles de personas y marcaría la de todos los que siguieron vivos.

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