
Para desarrollar la idea, Mendieta ejemplificó que “cuando a alguien le van a hacer su casa, el profesional dice que puede conectar los desagües a la cloaca, entonces si se tira agua de la pileta o se baldea el patio y el agua corre, no sale para la calle y va directamente a la cloaca”, motivo por el cual “nadie puede saber que se tira agua dentro de la casa y así evitar denuncias por derroche”.
Sin embargo, la situación se torna complicada “cuando llueve, porque todo lo que junta el patio de la lluvia, más lo que cae desde el techo, se va a la cloaca, lo que genera que se saturen los caños y se desborden las tapas”, cuestión que “podemos solucionar colocándolas de nuevo”.
“El tema es cuando se desbordan las cañerías y empiezan a salir en las casas donde tiene conectados los pluviales, porque se saturan las cloacas y empiezan a salir los desechos de todo el barrio por la rejilla del patio, por la bacha de la cocina, entre otros lugares”, destacó Mendieta.
Según sus palabras, este problema “pasa más en la parte céntrica”, dado que en los barrios “se suele rebalsar más por taponamientos, porque se tiran cosas que no deberían tirarse allí como trapos, ropa, pañales”.