
Dicha obligación, según lo establecido, es responsabilidad de los propietarios frentistas, quienes deben construir y garantizar que estén en buen estado las veredas de sus viviendas.
Debido a esto, desde Desarrollo Urbano valoraron que “es importante tener en cuenta que el buen estado de las veredas no remite sólo a una cuestión estética, sino también a vivir en una ciudad inclusiva donde todas las personas puedan transitar por la ciudad sin inconvenientes, sobre todo las personas con discapacidad motriz, adultos mayores, familias que se movilizan con su bebé en cochecito”, entre otros casos.
Además, recordaron que “se está realizando un relevamiento y notificando a los frentistas sobre el estado de sus veredas para que procedan a ponerlas en condiciones, tal cual lo establecen las normativas vigentes y así contribuir entre todos a una ciudad con una mejor movilidad urbana para todos”.