Todo este combo “ha condicionado que los insumos que nos surten las droguerías y las empresas tienen que ser por entregas sin precio y con plazos cortos de pago”. Una situación verdaderamente trascendental porque, según la valoración de Arizabalo, “en este momento están desvirtuados los convenios y valores sujetos pactados con las obras sociales”.
A su vez, ponderó que “no es lo mismo que para una actividad comercial, como puede ser un corralón de materiales de construcción que puede suspender las ventas a modo de mecanismo de defensa” sino que la actividad sanatorial “está sujeta a compromisos inevitables” ya que “es una prestación inapelable a la urgencia”, como en los casos de terapia intensiva, operaciones de emergencia, entre otras situaciones.
Por lo tanto, en esas condiciones “los sanatorios estamos comprometidos a tener los elementos que requiere la situación”, remarcó el director del “Pediatría”.
A modo de aclaración, Arizabalo explicó que “más allá de un pago inmediato o a corto plazo, los convenios que nosotros tenemos son de vencimiento entre 60 y 90 días para llegar a cobrar por las prestaciones, yendo bien”.
Por otra parte, remarcó que “la atención médica es impostergable. No podemos estar dudando si llevarla a cabo porque la urgencia médica se impone” y “nosotros manifestamos que estamos en una condición difícil, porque se nos repite lo del año pasado, pero con peores trastornos financieros”, por lo que reconoció a esta como “una situación comprometida”.