Por otro lado, “también se pone en riesgo la seguridad, porque el personal carcelario es el mismo que hace dos décadas y la población carcelaria aumentó el doble; que si bien el gobierno ha hecho un esfuerzo paliativo como por ejemplo con la incorporación de las pulseras electrónicas, no es suficiente”, ejemplificó el profesional. En cuanto a su mirada personal, el letrado señaló que “no se puede seguir invirtiendo en estas cárceles que ya son antiguas. Lo que se debe hacer es otras clases de cárceles para, por ejemplo, personas que tienen condenas cortas donde se pueda trabajar en procesos de re sociabilización, trabajando en el campo, en las huertas, estudiar, etc. O pensar en casas donde el detenido trabaje y luego vaya a dormir ahí”.
Para concluir, Giorgio puntualizó que los factores que llevan a que aumente la población carcelaria son “los plazos procesales que han hecho que se obtengan sentencias en meses, cuando antes demoraban años", además "otro factor es la adhesión a la Ley de Narcomenudeo, en donde muchas veces aparecen el problema que son mujeres con hijos a los que también hay que darle asistencia”.