
A pocos días de comenzar la cuarentena, la plaza local dio sus primeros pasos para adaptarse al panorama de la emergencia sanitaria. Los distintos organismos promulgando la importancia del lavado de manos, el uso del alcohol en gel, el aislamiento en los hogares para evitar contagios de riesgo, entre otras cosas, marcaron las iniciativas. Pero a la hora de llegar a la responsabilidad individual, la respuesta fue dispar y muchos concordienses aún siguen con su ritmo habitual en la vía pública.
En un relevamiento realizado en el centro de la ciudad, Diario Río Uruguay constató que se presentan diferentes paradigmas. En una típica mañana de martes la peatonal concordiense carecía de su característica afluencia de gente, mostrando únicamente a unos cuantos rezagados que circulaban apurados para cumplir con sus tareas, sin embargo la situación mostró un giro inesperado a lo largo de la mañana del miércoles, con una mayor flujo mayor de gente en las calles.

Por otra parte, las paradas de colectivo se hallaron con un aire de tranquilidad, casi vacías en determinados momentos.



La gente
Algunso de estos concordienses accedieron a compartir sus vivencias y brindaron testimonio de sus experiencias durante los primeros días de esta cuarentena.Nicolás, de 45 años, contó que como empleado del transporte público urbano notó que todavía “no hay nada de prevención”, reconociendo que desde su parte “le pedimos a la gente que se quede en su casa, para tratar de prevenir todas estas cosas”, pero que el acatamiento no es el esperado.
Por su parte, Cristina, de 46 años, manifestó que “la gente realmente no toma consciencia” de la situación a la que se enfrenta la ciudad, porque “muchos dicen que cuando aparezca un caso, ahí nos pondremos las pilas, pero pienso que en ese caso ya será tarde porque los infectados ya habrán pasado por miles de lugares y contagiado a un montón de personas”.
El Coronavirus tiene como principal grupo de riesgo a los adultos mayores de 60 años y a los más chicos. Mirta, de 63 años, explicó que “lamentablemente tenemos que salir a la calle igual”, si bien valoró que “esta bien que prevengan, pero nosotros tenemos que salir sí o sí por lo necesario”, insistiendo en que “tratamos de evitarlo, de cuidarnos, pero tenemos cosas para hacer en la calle”.

Además, se refirieron a este panorama como “la epidemia del miedo, del pánico de la gente”, porque “se siente el terror a que reviente todo, se ve como la gente trata de agarrar todo lo que puede en los grandes supermercados sin pensar en el que está al lado, si puede llegar a conseguir algo”. De esta manera, consideraron que “esta epidemia está afectando a la cabeza de la gente, se encuentra muy aislada”.
Por último, Luca de 20 años remarcó que “los que más afectados se ven son los negocios del centro, porque la gente busca en lo posible no salir de sus hogares y la zona céntrica es el lugar donde más se concentra el movimiento de personas”.