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En diálogo con Diario Río Uruguay, el protagonista brindó mayores detalles de una situación que lo conmovió, fundamentalmente, por la ternura recibida de una mujer concordiense a la que luego identificó por redes sociales.

Se llama Miguel Bustos, un fanático de la banda de 23 años que vive en el partido de Escobar. En contacto con este medio mencionó que “es la tercera vez que voy solo a un recital y, de todos los que fui, nunca me trataron tan bien como lo que viví en Concordia". Además, reconoció que “hay muchas personas que se llevaron una sorpresa agradable” de como fueron recibidos en la capital del citrus.

“En mi caso”, recordó, “no fui creyendo que hubiera tanta gente buena ni nada por el estilo, era la primera vez que iba y fue una grata sorpresa, una buena experiencia”.

Pero según el mismo narró, la experiencia más cercana de la hospitalidad concordiense la vivió tras finalizar el recital del pasado sábado, cuando Miguel se acercó a la puerta del micro en el que había llegado y “golpeé para que me abriera, pero como no estaba el coordinador, no abrían”, por eso “me senté en unas piedras" de la denominada Zona Verde, a la vea del arroyo Manzores "y me quedé ahí, la verdad, pasando frío”, porque en el fragor del recital había perdido las zapatillas y hasta las medias, mientras que el resto de la ropa estaba empapada.

En ese momento, según sus palabras, “me quedé arrodillado y con la cabeza gacha, como queriéndome dormir y, de la nada, escucho a una señora que me preguntó cómo estaba, si necesitaba algo, si necesitaba ayuda. Le dije que estaba bien, que no pasaba nada". Tras lo cual, esta mujer se aleja, pero "vuelve a los 10 minutos, trae un balde de agua caliente y, sin preguntarme, me empezó a lavar los pies y me decía que me cuide, que era muy joven como para estar en ese estado”.

Una vez que pudo subir al micro, "me dormí y recién cuando me desperté, recordé lo que pasó con esta señora y me trajo muchos recuerdos de mi abuela, que falleció hace 2 años”, comentó Miguel y apreció que “las abuelas son únicas y siempre nos cuidan, por más que nos portemos mal”, por lo que “esto que hizo la señora, fue un grato momento, porque me sentí cuidado”.

A través de un posteo en Facebook, Miguel se dirigió a la mujer y expresó: “Señora, se merece el paraíso, lo mejor de lo mejor, casi me largo a llorar cuando caí que una señora me cuidó así, me acordé tanto de mi abuela”. Más tarde, logró contactarse con familiares de la mujer, que fue identificada como María Rossi.

Al cerrar la charla con Diario Río Uruguay, el protagonista de esta historia, que tuvo muchos comentarios y réplicas entre los seguidores del grupo, señaló que "ahora me queda volver a Concordia para conocer un pocos más, porque es la primera vez que fui y lo poco que vi me gustó", señaló como cierre el entrevistado.