Agrandar imagen Las víctimas esperan que la causa contra Ríos (foto Facebook) siga avanzando.
Las víctimas esperan que la causa contra Ríos (foto Facebook) siga avanzando.
Diario Río Uruguay pudo dialogar con las dos hermanas que se animaron a presentarse en los tribunales locales para dar testimonio de hechos atroces, que ocurrieron hace más de 10 años y que tuvieron como escenario una vivienda de la zona céntrica de Concordia.

Fue justamente ese aspecto, el tiempo transcurrido, lo que la Defensa del imputado intentó esgrimir para tratar de buscar la “prescribilidad” de los hechos, pero la Justicia desestimó esa estrategia. Aunque el abogado Juan Carlos Romero apeló la medida.

El acusado es un hombre de 62 años de edad, identificado como Carlos Antonio Ríos, quien aprovechaba cuando las sobrinas iban de visita y abusaba de ellas. Una tortura que se extendió durante años, tal marcaron las demandantes.
Testimonio 1
Lo primero que destaca una de las jóvenes demandantes es “el hecho de ser escuchadas” en la Justicia y como colabora eso para “estar emocionalmente y psicológicamente preparada para atravesar esto, que implica este proceso de exponerse a un montón de cosas”.

El motor es la búsqueda de Justicia “y que este tipo obtenga lo que merece, que se lo condene y que principalmente no pueda repetir lo que hizo con nosotras”. Como así también dejar de sentir la impotencia de “verlo andar por Concordia como si no hubiera hecho nada”.

La menor de las hermas admite también que “no fue fácil para mi familia atravesar este proceso”, pero cuando en la última audiencia “escuchábamos lo que decía el Juez sobre los derechos del niño y todo eso, uno se siente que es valorada y escuchada. Es ahí donde uno dice: no fue en vano todo lo que atravesó mi familia”. Invitando a que las personas que hayan pasado por una situación similar “dejen de lado la duda o el miedo a hablar”. Reconociendo que a pesar de tener poco más de 6 años, el abusador manipula a la víctima “y te hace sentir que uno es culpable” y genera “una mochila muy difícil de llevar”.
Testimonio 2
La mayor de las hermanas denunciantes comienza su relato reconociendo que fue la primera entrevistada “la que empezó” este camino en la Justicia y que le costó asimilar que era “necesario hablar para sanar”, repitiendo en varias ocasiones que “hablar es sanar”.

Coincidiendo en que “cuando yo estaba en la audiencia” delante de los funcionarios judiciales, “sentía que me estaban escuchando y que todo eso valía la pena”. También admitió que si bien persiste el dolor imborrable de todo lo vivido, “ahora siento que puedo contar” todo eso que estuvo tratando se ser borrado, pero sin lograrlo.

Ahora espera que la Justicia haga su trabajo “y verlo (al bioquímico Carlos Ríos) hundido como yo lo estuve” y que fundamentalmente no quede en libertad “para que a nadie más le vuelva a pasar”, ya que “merecemos caminar por la calle sabiendo que no nos vamos a encontrar con esta persona, tal como pasó durante años”.