
Por otro lado, advirtió que “por una cuestión de sospecha clínica, por lo agresivo del cuadro en una persona joven y demás, habíamos mandado a secuenciar –un estudio específico de vigilancia para constatar el tipo de cepa- la muestra de una de las hermanas fallecidas y recibimos el informe de que era de la variable de Manaos”.
Leiva consideró que esto “quiere decir que ella se ha contagiado de algún lado y, por supuesto tenía la capacidad de contagiar también”, por lo que “las dos han tenido desgraciadamente la misma evolución”.
Asimismo, explicó que “todas estas variantes tienen la característica de que han ido mutando para poder sobrevivir, porque tenemos vacunadas a la mayoría de las personas mayores de 60 años de nuestra población, entonces si antes requeríamos de 15 minutos de estar al lado de una persona, cerca y sin barbijo, ahora tal vez por mucho menos tiempo de exposición, el virus logra el mismo efecto”.
Por último, subrayó que “dependiendo de que variable estemos hablando, otra característica es una mayor agresividad”; además de que “afecta a más gente joven, por la circulación viral y la exposición”.