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La denuncia espera definición en los tribunales de Concordia
La empleada que lleva delante la demanda -que pidió reserva de su indentidad- narró a Diario Río Uruguay como sucedieron los hechos que devinieron en la denuncia presentada contra el gerente de la regional Salto Grande del IAPV, arquitecto Luis María D'Avila, por violencia de género y laboral.

La trabajadora indicó que los hechos comenzaron desde su ingresó al IAPV en el 2015, por eso “yo le envié al gobernador una nota y como presentó mi abogado ahora en la Justicia, él está haciendo abuso de poder porque esta denuncia no tiene nada que ver con el sumario”.

Siempre de acuerdo a su relato, la denunciante aseguró que el titular del IAPV Concordia “cometió diferentes situaciones irregulares en la entrega de casa para todo el mundo y tenía que encontrar un culpable y me quiere culpar a mí, dice que tiene documentación falsa que no sé de dónde sacó, yo no tengo acceso a la documentación; el que tiene acceso es él y las mujeres que trabajan con él que son a las le entregó casas para ellas, para las hermanas y los primos. Y como testigo las presentó a ellas”.

La empleada del organismo público comentó además que desde “mi primera notificación me agarró del brazo, se me tiró encima, me empezó a mandar mensajes, llamados. Mi marido fue a pedirle en su momento que por favor no me molestara más pero obviamente no paró, siguió y estuve bajo tratamiento de psicólogo, psiquiatra, tuve que tomar pastillas para poder dormir a la noche, la mitad de la cara se me dormía, me dolía, la verdad pasé horrible”.

En la actualidad, la denunciante se encuentra a la espera de la sentencia y precisó que fue el juez quien le pidió que “no vaya a trabajar hasta que se resuelva esto, me dio un botón antipánico, me entrevistó la psicóloga e incluso fue la profesional del hospital Heras la que me pidió que lo haga público porque este hombre está haciendo abuso de poder”.

Consultada si la violencia continuó repitiéndose, la entrevistada afirmó que “no, ahora no me ha vuelto a molestar, pero este hombre me seguía y yo te juro que tiemblo de miedo porque no sé qué pueda llegar a pasar ahora y como puede llegar a actuar él”.

“Yo lo único que quiero es no perder mi trabajo, continuar trabajando tranquila como siempre con mi jefe que es Jorge Ruiz, sin molestar a nadie y sin que nadie me moleste”, concluyó.