Agrandar imagen Raquel Colombani y Juan Carlos Mendoza, los padres del marino.
Raquel Colombani y Juan Carlos Mendoza, los padres del marino.
La nave había zarpado desde Ushuaia, con destino a Mar del Plata, dos días antes del último contacto, apenas 48 horas después reportó un desperfecto, esa fue su última comunicación con el continente.

Un hijo de Concordia, Fernando Mendoza, Teniente de Navío de la Armada, viajaba en el sumergible siniestrado en noviembre de 2017.
Raquel Colombani y Juan Carlos Mendoza, los padres del marino, lo recuerdan con profundo dolor y todavía esperan justicia. “Tres dolorosos años esperando verdad y justicia -admitió Raquel- estoy muy orgullosa de Fernando, mi hijo amaba lo que hacía, la Armada era todo para él, hacía 25 años que Frenando estaba en servicio y era muy feliz de su trabajo”, recordó.

Al referirse a la carrera de su hijo, Raquel puntualizó que: “el primer año que se recibió estuvo en Ushuaia, un año de Guardiamarina. Después lo trasladaron a la Base Naval Puerto Belgrano en Punta Alta, donde estuvo dos años”, para finalmente ser derivado “a Mar del Plata, hasta que pasó lo que pasó”.

Recordó -con lágrimas en los ojos- que “Fernando se comunicaba con nosotros todos los días por eso es más grande el dolor porque me falta la vos de mi hijo”, no obstante, reconoció que “tengo la voz de mis otros hijos que se comunican todos los días, pero me falta la de Fernando”.

También apuntó que “antes que se fuera de viaje nosotros lo fuimos a visitar, le di un abrazo y fue el último abrazo que le di -recordó su madre- antes de que se fuera en ese último viaje yo le dije unas tres veces que no saliera en ese viaje porque eran 30 días y me parecía mucho, pero me contestaba que no podía, que él era el jefe de máquinas”.
Conocimiento del submarino
Respecto de lo que pudo haber ocurrido con la nave, Juan Carlos Mendoza, padre del oficial de la Armada, dijo que: “fue una falla del hombre, nosotros conocimos por dentro y por fuera ese submarino, ese submarino más de 40 metros no se podía sumergir”, y opinó que “al sumergirse más de 40 metros el submarino reventó”.

Allí admitió que “a veces nos ponemos a pensar que es lo que realmente pasó, como vivieron los últimos momentos, los últimos segundos, los últimos minutos, si fueron muertos por asfixia, si fueron muertos por envenenamiento por el ácido de las baterías, si murieron todos quemados o explotados, son muchas cosas las que pensamos”, admitió.

Raquel y Juan Carlos hicieron referencia al acto previsto para este domingo, donde estaba previsto la difusión de un video “en honor a los 44 navegantes”, como así también la entrega de los atributos post mortem de Fernando a sus hijos. De acuerdo al ceremonial de la fuerza, “a nosotros como padres nos entregarían el pabellón, pero lamentablemente no podemos ir, por lo tanto, se lo entregan a mi nuera”, señalaron emocionados.
Una calle y 44 árboles
Una calle de la costanera -que une Avenida Castro con la zona del Mirador- lleva el nombre del Teniente de Navío Fernando Mendoza, en este sentido, los padres del marino se mostraron muy agradecidos y mencionaron que: “es un gran reconocimiento para nuestro hijo”, y recordaron además que “fue gracias a un cronista de diario El Sol que nos sugirió la idea que esa calle junto al arroyo Manzores llevara el nombre de nuestro hijo. Se lo propusimos al intendente Enrique Cresto en ese momento y por suerte se concretó”, y destacaron que “en ese lugar se colocó una placa que recuerda el lamentable hecho y se plantaron 44 árboles en homenaje a cada uno de los integrantes del submarino”.
Fuente: Diario El Sol