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En un comunicado remitido a la redacción de Diario Río Uruguay, el titular de APAMA, Alejandro Pannunzio, señala que “nos encontramos en las vísperas de la campaña 2020 que ha comenzado de modo incipiente con los primeros embarques”, en una actividad que “es una gran generadora de mano de obra, que resulta imprescindible para poder exportar sus frutos y traer divisas al país.” El período de trabajo más intenso es durante los meses de octubre a diciembre, cuando se moviliza en el Noreste Argentino a más de 12.000 personas, de manera directa e indirecta. Pannunzi remarca que “es gratificante ver el mayor movimiento comercial que se genera en las ciudades, sobre el fin de año”, con la finalización de la zafra.

Pero en este particular año 2020, “ante la situación económica general, agravada por la pandemia, el gobierno ha establecido el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), que se suma a otros beneficios existentes”, es allí donde lo productores advierten que “esto ocasiona un impacto negativo en la posibilidad de registrar a nuestros trabajadores, ya que al registrarse pierden este nuevo beneficio, reduciendo en gran medida la mano de obra disponible para nuestra actividad de cosecha.”

Ante esta situación, rescatan que la diputada nacional Mayda Cresto, acompañada por otros 16 diputados nacionales, presentaron el Proyecto de Resolución 4323-D-2020, en el que se solicita al Poder Ejecutivo Nacional que le dé continuidad al Ingreso Familiar de Emergencia, creado por Decreto 310/2020, a los trabajadores rurales temporales de las economías regionales que realicen cosechas durante la pandemia del COVID 19. Es por eso que desde la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina se pide que ese planteo sea escuchado para que dicha medida “se concrete a la mayor brevedad.”