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Pasaron 16 años de aquel lanzamiento al que fueron la mitad de los invitados. Era un reducido grupo de personas que tuvieron que desperdiciar media hora de sus vidas, aunque como retribución, disfrutaron luego de las cosas ricas que generosamente cocinó Silvia Francolini.

El auditorio estaba conformado -fundamentalmente- por familiares, colegas, comerciantes que queríamos seducir y amigos. En este último grupo se incluía José Oscar González, quien desde el momento de la invitación insistía en preguntar “¿y yo porqué estoy invitado, mi amigo? Si no entiendo nada de eso de internet”.

Debe haber sido una de las pocas cosas que José no entendía, o decía no entender. Porque había sido peón de campo, marinero, fotógrafo, bombero, boxeador, autodidacta en mil profesiones y hasta -de puro terco- frenó una creciente con bolsas de tierra, para demostrar que la Defensa Sur de Concordia podía y debía ser una realidad.

José era vecino del punto tripartito donde coincidían los antiguos límites imaginaros del Tiro Federal, Carretera La Cruz y Gruta de Lourdes.
Como discípulo del sacerdote Andrés Servín, era un hombre consustanciado de la realidad de sus vecinos. Porque era la propia.
Fue por eso que, cuando en octubre de 1997 se esperaba que la creciente que se acercaba fuera relativamente “moderada”, José Gonzales convenció a un grupo de vecinos y vecinas para hacer lo que no hacían las autoridades: construir una defensa contra inundaciones. Aunque fuera precaria. Aunque hubiera que usar bolsas de plastillera, rellenas de tierra y colocadas como ladrillos.

La noticia de los vecinos que “frenaron el río” trascendió los límites de la provincia y el lugar fue visitado -entre otros- por Ramón “Palito” Ortega, quien en ese momento era Secretario de Desarrollo Social de la Nación. Funcionario que tuvo el privilegio de escuchar a José González, explicándole que los inundados “tenemos aspiraciones mayores a una chapa o una bolsita de alimentos, aunque la necesitemos”.

El resto de la historia es más o menos conocida. El río superó los 14 metros de altura y -aunque padeció una llamativa rotura- la defensa de tierra fue reforzándose y se mantuvo de manera estoica, hasta el descenso de las aguas.
Esta acción de los vecinos, comandados por José González, aceleró todas las gestiones burocráticas que parecían infranqueables y el gobierno nacional de entonces se vio obligado a aprobar el proyecto de una Defensa Sur más sólida.

Dos décadas después de aquella epopeya, José dejaba esta vida terrenal a los 85 años de edad. Justo a mediados de un mes de abril, puntualmente el del 2020. Una noticia que nos dejó un poco incompletos a todos los que lo conocimos.

En más de una ocasión nos habíamos cruzado con José en alguna calle del centro, donde prometí -todas las veces- que le iba a devolver unas fotos que él había sacado con su vieja réflex. Otras conversaciones se dieron cuando lo visitamos -durante alguna creciente- en su casa que ya no se inundaba. En algún momento de esas charlas, él siempre preguntaba “¿siguen con eso de internet?”.

Si, seguimos. Aunque no fuimos los primeros, ni somos los mejores. Eso está claro.Pero si José, acá seguimos…


Horacio Osorio

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