Según sus palabras, más allá del cuando, la premisa de los primeros auxilios “siempre es, que lo que hagamos, no implique un mal mayor”. Por lo que, ante cada situación, "tenemos que tener claro no agravar o complicar un cuadro". Dicho eso, “ante cualquier lesión osteoarticular (o sea hueso y articulación), que pueden ser esguinces, luxaciones, fracturas", en esos casos "lo mejor que podemos hacer es inmovilizar” la zona afectada.
¿Cómo se inmoviliza?
Al respecto, Poelman brindó algunas recomendaciones para inmovilizar las articulaciones de una persona con una posible lesión de este tipo y precisó que “hay un montón de formas”, pero es importante “la ubicación” de la misma y “de ver qué es lo que tengo a mano”.Dicho esto, comentó que “si tengo una chalina a mano, pongo un brazo, por ejemplo, pegado al cuerpo y lo inmovilizo o puedo hacerlo con el mismo buzo, doblándolo para arriba para que no se mueva el brazo”, ya que “lo importante es tener en cuenta la necesidad de evitar un mal mayor”.
Según el protocolo, precisó que “ante una sospecha de una fractura, nosotros deberíamos inmovilizar la articulación proximal y la articulación distal”. A modo de ejemplo, explicó que “si me golpeé el antebrazo, pudiendo tener una fractura o una lesión en lo que puede ser el cúbito y radio, tendría que inmovilizar el codo y la muñeca. Entonces, lo más sencillo es llevar el brazo al cuerpo, lo ponen sobre el pecho, en la posición más cómoda sin agravar la lesión y ahí la inmovilizo”.
A su vez, recomendó descartar la idea de apretar la herida para encontrar el lugar de la fractura, porque “es innecesario y ¿qué logramos con eso? Generar dolor a la persona. El único elemento de diagnóstico que tenemos para determinar si realmente tiene una fractura o no es una placa en el hospital”. De igual manera, aclaró que “en las luxaciones o en las dislocaciones, no se deben acomodar las articulaciones si nunca lo entrené y nunca lo hice, porque lo puedo romper más”.
¿Y colocar tablas?
En cuanto a la utilización de tablillas para inmovilizar la zona afectada, Poelman destacó que “sí, por eso decimos que hay que ver qué tenemos a mano, qué puedo llegar a utilizar”.Desde su experiencia, comentó que “yo he sido bombero y, muchas veces, en los bolsos teníamos las tablitas de los cajones de madera, las envolvíamos en gasas, entonces teníamos eso para hacer lo que se llaman férulas rígidas”.
De esta manera, dependiendo de la zona afectada “se puede poner en una parte del brazo y después se lo envuelve”, lo que permite que “no quede suelto, no se quede en el aire y, con esa tablita, le voy a generar una rigidez a esa lesión para que no se mueva y lo pueda trasladar al hospital”.
Posición “antidolor”
Por último, apuntó que “otra cosa que se ve mucho también es que, cuando nos golpeamos, adoptamos lo que se llama la posición ‘antiálgica’ o ‘antidolor’. Entonces, si yo me golpeo, lo sostengo con mi otra mano y de esa forma estoy cómodo, listo, así se queda, no hace falta intentar otra cosa más”.Al respecto, aseguró que “me ha pasado de ir a diferentes accidentes en los que se han fracturado, vos los mirás y están sosteniéndose la herida, entonces les pregunto ¿estás cómodo así?, si es así, vamos directo al hospital y no lo muevo, porque todos adoptamos diferentes posiciones”.
No obstante, en el caso de que “lo veamos que está muy inquieto, que no se sostiene porque está muy floja, la articulación o la parte afectada y ahí sí trato de inmovilizarlo como puedo, con lo que tenga a mano”.
