La de Manuel Villalba es una DAX modelo 1994, “de las antiguas”, remarca este joven de San Salvador, que el 26 de noviembre del año pasado salió desde la Capital Nacional del Arroz con el sur como objetivo.

La idea fue todo el extremo sur posible, es decir, la ciudad más austral del continente: Ushuaia. Lugar al que arribó casi un mes más tarde, justo para celebrar la navidad y la llegada del 2022.
Pero con el cumplimiento del primer objetivo, “después surgió la idea de hacer la Ruta 40”. La mítica arteria vial que atraviesa como una columna vertebral todo el largo del país a la vera de la cordillera.

En diálogo con Diario Río Uruguay, este joven peluquero detalla casi con naturalidad que “con mi DAX iba haciendo de a pocos kilómetros, un día 100, otro 200 y así recorrí prácticamente toda la Argentina. Me faltaron tres provincias nomás”.
Una vez atravesado todo lo largo de la república, la vuelta al mapa del país se completó con la brújula puesta hacia el este, para serpentear los límites del norte, pasar por Chaco y llegar hasta las majestuosas Cataratas del Iguazú.
Finalmente, “empezar a bajar” por las tierras del litoral, hasta llegar al punto de partida el pasado miércoles 18 de mayo. “Justo para censarme en mi casa”, apuntó.
La moto
La DAX es una pequeña máquina que la marca japonesa Honda lanzó al mercado en 1969 y a pesar de ser casi un juguete de la categoría MTL1 (motocicleta ligera de primera categoría), la calidad de sus materiales y lo irrompible de su motor le hizo ganar fama internacional, al punto que se fabricó hasta el año 1999.

Manuel Villalba cuenta que la suya, modelo94, la compró “en la pandemia, como para andar en la ciudad, pero después me dije: ¿Por qué no hacer un viaje en la moto?”.
Aclara que tenía la experiencia frustrada de un intento en bicicleta, pero en aquella ocasión llegó hasta Chubut y se tuvo que volver.

“Antes de salir puse todo nuevo en la moto”, contó Manuel, en la charla con este medio. Eso incluyó cubiertas, cadena, corona, piñón y todo lo que podía desgastarse en la travesía.
Eso le permitió que las cubiertas recién dijeran basta cuando estaba recorriendo la Ruta 40 en sentido Sur-Norte, a la altura de El Bolsón. Mientras que “en La Rioja le cambié la transmisión entera y ahora sigo con la misma”.
Las ruedas no tuvieron la misma durabilidad. “La cubierta de adelante la cambié dos veces y tres veces tuve que cambiar la de atrás”.
Presupuesto
Ante la consulta sobre como financió y administró los gastos del viaje, Manuel cuenta que salió desde San Salvador con algunos ahorros, “pero una vez en el camino te encontrás con mucha gente que te va dando una mano. Siempre”.

En cuanto al combustible, la ventaja a su favor fue que “en el sur es muy, pero muy barato”. A lo que se sumó que los 70 cc del motor de la moto no eran de consumir demasiado. Igualmente, “siempre llevaba un bidón extra, porque era distancias largas”.
El aventurero subraya que “en todas las provincias te encontrás con personas que son muy amables”. Incluso gente “a la que le gustaría hacer lo que uno se animó a hacer, entonces te ofrecen hospedaje, comida y todo lo que te pueda ayudar”.

La mirada inquieta de Manuel ya observa con nostalgia la ruta. “Mi idea es pasar el invierno acá, pero me parece que en septiembre voy a volver a salir”. Primero, “quiero acomodar un poco la moto y después sí”, aunque en este caso el destino es al norte. “La idea es tocar otro país, arrancando por las rutas uruguayas, algo de Brasil y si es posible pasarme para Bolivia”.
La consigna organizativa es la misma: “no pensarlo demasiado y largarme nomás”.

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