El significado del nombre de nuestra Ciudad “CONCORDIA”, nos lleva al campo de poder honrarla saliendo del dicho y yendo al hecho (como decía mi abuelo), entonces comprendemos que tenemos la obligación de empezar a comunicarnos, la obligación de dialogar, de acordar y bregar por la armonía, que sin dudas es un principio de toda comunidad, que nosotros debemos fortalecer hoy más que nunca.

El mundo y nuestra ciudad que no es ajena al contexto actual, se encuentra en un momento de debilidad e incertidumbre generalizada , donde el periodo de transición para la recuperación va a ser largo y tedioso, pero allí es donde tenemos qué desarrollar y practicar “La Empatía” por el otro o el “Bien Colectivo”que sustituyen al individualismo egoísta, perverso que destruye de un soplido lo que tanto cuesta construir en el tiempo; salir del YO y pensar el “NOSOTROS” será determinante para estos nuevos tiempos de supervivencia y desarrollo a la vez.

Este proceso tardío nos lleva a replantearnos, de volver a ser nosotros como Concordienses, recuperar la identidad y el sentido de pertenecía como ciudadanos, creer en nuestra cultura, creer en nuestros orígenes que nos permitan reencontrarnos con esa conciencia ciudadana que en sus orígenes fue trasladada de generación en generación por nuestros antepasados.

Es nuestro deber y obligación poder garantizar el equilibrio, el saber administrar todas las acciones complementarias de los opuestos en todos los sentidos y niveles de decisión.
Estos nuevos tiempos , serán sostenible y sustentable a través del encuentro, los consensos, la horizontalidad, los equilibrios constantes entre el YO y el NOSOTROS, pensando siempre en el Bien Común.

Es imperioso abrir las puertas de par en par y ser Puentes a una revolución de ideas y proyectos que nos ayudarán a transformar la realidad de nuestra ciudad. De manera tal que todo ello deberá ser acompañado de la gimnasia permanente del “cambio” que debemos hacer cada uno de nosotros como individuos, promoviendo las coincidencias opositoras, entre las minorías creativas y las mayorías tradicionales, entre la rebeldía de la Juventud y la sabiduría de los más grandes.

Aprender a escuchar más y hablar menos, acompañarán a desarrollar aún más las habilidades blandas que todos somos portadores.
Para finalizar creemos que la frase tan nombrada “tener sentido común” será la materia a marzo pendiente para ser aprobada por todos en un futuro.