
Según se precisó a Diario Río Uruguay, fue un perro antinarcóticos marcó la encomienda y, al abrirla, se hallaron 18.425 gramos de MDMA —popularmente conocido como éxtasis— fraccionado en pastillas con diseños llamativos como Hello Kitty y calaveras de La Casa de Papel.

Dos días más tarde, y previa interceptación de líneas telefónicas y tareas de investigación en los domicilios de origen y destino, el 2 de junio, el Sargento, cuya identidad fue limitada a sus iniciales (IVK), integrante del Grupo Especial Alacrán de la Gendarmería Nacional, se presentó en la sede de la empresa Vía Cargo en San Martín para retirar la encomienda y fue inmediatamente detenido.
A través de la investigación, los agentes lograron determinar que mantenía comunicaciones con un presunto proveedor, quien fue fehacientemente identificado como la persona que habría ordenado el despacho de la encomienda desde Misiones.

De esta manera, la Gendarmería logró entablar conversaciones telefónicas de interés con una de las personas involucradas que dio directivas para la entrega de la “mercadería”. Estas comunicaciones resultaron fundamentales para identificar al proveedor y solicitar su captura internacional, aún vigente.
La causa expuso una operatoria compleja de narcotráfico interprovincial que incluye tareas de inteligencia en Misiones y Buenos Aires, la intercepción de líneas telefónicas, allanamientos positivos en inmuebles la provincia de Misiones y la Capital Federal, el entrecruzamiento de datos de compañías de telefonía móvil y la Dirección Nacional de Migraciones, entre muchos otros organismos, todo lo cual permitió confirmar que el prófugo había registrado cruces migratorios hacia países limítrofes en compañía del agente hoy procesado y un familiar de éste último.

La jueza procesó al gendarme por el delito de transporte de estupefacientes agravado por su condición de funcionario público (Ley 23.737, arts. 5 inc. c y 11 inc. d), dictó su prisión preventiva y ordenó un embargo de $15 millones sobre sus bienes.
Fuentes judiciales destacaron el rol profesional de la propia Gendarmería, que actuó con absoluta rigurosidad ante la participación de uno de sus miembros.