Mori se había sentido mal de salud durante buena parte de la jornada. Incluso, fue a verlo un médico a su casa, pero le indicó que se quedara en reposo. A la tardecita, Mori en persona le pidió a su mujer, Sandra Halles, que lo llevara a la clínica, porque sentía que había empeorado. Cuando lo iba trasladando, en su vehículo particular, Mori sufrió un infarto masivo y falleció en el acto, a la altura del comedor Don Charras, de avenia Uranga, según se indicó a ANALISIS.
De inmediato fue convocado el médico personal de Mori, Daniel Rico, quien constató la descompensación que derivó en su muerte. El fiscal Juan Malvasio también fue convocado por la Policía al lugar y dispuso la entrega inmediata del cuerpo a sus familiares. Mori había tenido problemas de salud en los últimos años y tuvo incluso varias intervenciones quirúrgicas, pero siempre habia salido adelante.
Resolución polémica de la justicia
A mediados de este mes el exfuncionario había vuelto a ser noticia por una polémica decisión de la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia, que rehabilitó a Mori para volver a ejercer cargos públicos. El exfuncionario ya había cumplido una condena a 3 años de prisión condicional dictada en 2006 pero sobre el cual recaía -por la misma condena- una pena de inhabilitación perpetua para volver a ejercer cargos públicos por sus delitos en contra de la administración pública.La sentencia contra Mori se dictó el 27 de febrero del 2006, cuando fue condenado por Fraude a la Administración Pública tras la denuncia de la edición papel de ANÁLISIS respecto al recibimiento irregular de 2 Aportes del Tesoro Nacional (ATN) por casi un millón de dólares, en menos de tres meses.
Mori había sido funcionario de José María Vernet, en el gobierno de Santa Fe, entre 1983 y 1987 y luego asumió como director de Rentas en la primera administración de Jorge Busti. En la segunda administración bustista, pasó a ser secretario de Reforma del Estado y Control de Gestión, donde fue renunciado en 1999, tras conocerse el affaire por los ATN entregados a la fundación ASICER.
A la vez, tuvo incursión en proyectos periodísticos: primero, fue quien generó la emisora La voz de Paraná y también compró el diario Hora Cero, a mediados de 1996, al que le puso como nombre Nueva Hora. Luego le vendió el diario a Daniel Vila y el matutino pasó a ser el diario Uno. Una vez condenado se retiró de la actividad pública -porque así también se lo imponía la sentencia judicial-, pero siguió trabajando en actividades empresariales y ligadas a negocios privados y estatales.
