
En declaraciones a Multimedios Chajarí, se refirió también alas diferencias entre las comunidades de Concordia y Chajarí, apuntando que “cada pueblo tiene su idiosincrasia”, pero remarcó que “Concordia y Chajarí son sociedades totalmente distintas, por un montón de factores”, ya que en el caso de la Capital del Citrus había un escenario marcado “por la pobreza, el abandono social y comunitario”.
Seguidamente dijo que desde la Iglesia Católica “nos tenemos que cuestionar nuestra vida religiosa”, como así también “nuestra liturgia es muy estructurada”, por la que “no siempre logramos expresar la vivencia sencilla de la fe”, comparando que “por eso, nuestros amigos evangélicos tienen más esa llegada en el sentido de conectar con las necesidades espirituales de las personas”.
Incluso se preguntó “si la iglesia, en el algún sentido, no es cómplice de la pobreza”, ya que “la pobreza es producida por la política y sostenida por la iglesia y por otras instituciones intermedias que quieren dar una mano…pero no hay esfuerzo por cambiar de raíz”. Según su valoración, “los ayudamos a ir paleando día a día la situación pero los mantenemos pobres y no hay un cambio real (…) te golpean la puerta con una necesidad inmediata y la salvamos en el momento”.
Por último, dijo que “la política ha hecho de la pobreza una herramienta de mantenerse en el poder. Muchos políticos necesitan que la gente siga siendo pobre, ignorante, sino pierden su capacidad de ser votados”, resaltó.