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La vocal del CGE, Griselda Di Lello, aseguró que “esta gestión acompañó y asesoró en el proyecto, señalando a sus referentes que se había abierto una institución que no estaba habilitada y que no se encuadra en las normativas vigentes”.

La funcionaria explicó que se mantuvieron reuniones con los responsables del proyecto en varias oportunidades, pero que “desconocieron su irregularidad, matricularon a los estudiantes y propusieron un arancel”.

De todos modos, Di Lello aclaró que el CGE ofreció diferentes soluciones al problema y se volvió a trabajar en la situación dominial del proyecto, en el estado de factibilidad, en la accesibilidad de la institución y en la seguridad para las y los alumnos.

“Visitamos el lugar y todos estos requisitos no se reunían”, comentó la vocal y remarcó que la entidad “no es una escuela oficial, sino un aula para experiencias pedagógicas”.

“El Consejo General de Educación les solicitó nuevamente que reunieran los requisitos para habilitarlos como escuela, a la vez que se corrigió el proyecto político-pedagógico que tampoco se ensambla con los diseños curriculares vigentes”, expresó la funcionaria.

A su vez, el organismo educativo provincial recurrió a otras alternativas para asegurar la formalidad de los chicos que concurren a esta aula mediante un anexo con la Escuela Nº 23 República Oriental del Uruguay.

“Desde el Estado se buscó la manera de encuadrar a los estudiantes dentro de una institución educativa, mientras se continuaron realizando las gestiones para poder dar viabilidad al proyecto”, mencionó la vocal y dejó en claro que “el CGE jamás se negó a abrir escuelas, pero deben cumplir con las condiciones establecidas".