
Alrededor de 50 intervenciones formales y más de 15 acciones disuasivas se contabilizan en el resumen del trabajo desarrollado en horas nocturnas del sábado y la madrugada del domingo.
Entre otras acciones, fueron clausurados seis kioscos en diferentes barrios (por no respetar el horario de cierre, incumplir el protocolo sanitario o facilitar el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública), dos cervecerías (principalmente por la cantidad de concurrentes y el descuido de las medidas de bioseguridad), y un par de bares.

Del mismo modo se actuó preventivamente en situaciones donde el llamado oportuno de algún vecino o la presencia temprana de los inspectores, impidió que se realicen reuniones o festejos fuera de lo permitido.
Negligencia y falta de solidaridad
“El mejor operativo sería aquel en el que no hiciéramos clausuras ni actas porque todos cumplen; pero la realidad de cada fin de semana nos muestra todo lo contrario. Hay cada vez más gente que actúa con negligencia y absoluta falta de solidaridad con los demás, poniendo en riesgo la salud de todos”, señaló el director municipal de Inspección General, Marcelo Tessani.

“En muchos operativos la gente insulta a los inspectores, le gritan a nuestras compañeras de trabajo, se ponen agresivos. Y no entienden que lo que hacemos es para cuidarlos, para cuidar a sus propias familias, para evitar que el coronavirus siga llevándose la salud o la vida de mucha gente”, agregó.
Al tiempo que argumentó que “hay personas, a veces jóvenes y adultos también, que nos recriminan como si nos gustara hacer estos operativos o de clausurar algún lugar. Como si el sentido que tuviera esto es hacer multas o hubiera algún mérito en sumar más actas. Pero no entienden que por juntarse a comer un asado o festejar un cumpleaños con los amigos se arriesgan a desperdiciar todo el esfuerzo que tanta gente está haciendo para sobrellevar de la mejor forma esta emergencia”.
