
Desde la UTN, las visitas propuestas tienen como objetivo “generar un contacto entre el niño y la universidad, considerando esto de suma importancia en la futura formación profesional, tendiendo a quitar del colectivo general la idea de lejanía, de dificultad, etc., con la cual actualmente está catalogada muchas veces la universidad, y a formar un lazo desde temprana edad para facilitar el tránsito hacia la educación superior”.
Después de casi 2 horas, la jornada para los chicos del barrio El Silencio se cerró con una merienda que puso a disposición la Facultad para que todos se vayan con el mejor recuerdo de su paso por la universidad. Y, sobre todo, con ganas de volver “cuando sean grandes”.