
Vale recordar que, por la situación actual por la cuarentena, por la pandemia del Covid-19, las autoridades municipales prohibieron la tradicional peregrinación de todos los 7 de agosto hacia la capilla de Villa Zorraquín, la cual congrega cada año a los fieles que caminan kilómetros y kilómetros desde los lugares más alejados de nuestra ciudad, como demostración de fe y sacrificio.
Dadas las circunstancias, los fieles optaron por pasear en una camioneta, la imagen por las calles de nuestra ciudad, la misma fue seguida por una numerosa caravana de automóviles, de ese modo se las ingeniaron para agradecerle o pedirle al santo del pan y el trabajo que dedicó su vida al prójimo.
San Cayetano nació en una familia acomodada y decidió dejar todo atrás para dedicarse al cuidado del prójimo. Ese gesto de renunciamiento y entrega fue muy valorado y tiene un lugar especial en la Argentina, donde cada 7 de agosto, en recuerdo del día de 1547 en que falleció, miles de fieles le rezan por Paz, pan y trabajo.