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Cuando se decretó la cuarentena obligatoria, los comercios como ferreterías, corrales y venta de materiales eléctricos fueron considerados esenciales, por lo que continuaron abiertos y esto repercutió positivamente en las ventas.

De acuerdo a publicaciones especializadas del rubro, el fenómeno está medido a nivel nacional y tiene una explicación con cierta lógica, el aislamiento social y preventivo llevó a que muchas personas pasaran más tiempo en sus hogares. La combinación con el tiempo libre los empujó a encarar pequeñas y medianas reparaciones hogareñas. Por eso, a la nómina de actividades favorecidas se agregan rubros como sanitarios, vidrierías, madereras y fábricas de aberturas.

Muchos de los clientes son particulares que aprovechan el encierro para hacer refacciones en sus hogares, pero también hay trabajadores de mantenimientos generales que volvieron a la actividad con la flexibilización y que son contratados por personas que, anteriormente, quizás destinaban esos ahorros a la recreación y el ocio.

En lo que respecta al ámbito local, Diario Río Uruguay consultó a la firma Guerrero Electricidad para saber si en Concordia se replicaba el escenario descripto, lo que fue confirmado por Daniel Perez, señalando que “tuvimos un incremento importante en las ventas, si lo comparas con los mismos meses del año pasado”, para coincidir en que “hubo un curva de crecimiento (en operaciones) porque la gente, al no tener quizás otros gastos, está invirtiendo en su casa”.
Consultad sobre cuáles fueron los materiales eléctricos más requeridos, Perez detalló que “lo más comprado fue lo que tiene que ver con calefacción”, al punto que “lo agotamos todo”, como así también el amplio universo de insumos para conexiones eléctricas en general.

Pero lo sorprendente fue que ese empuje en las compras incluso hizo salir por mostrador una serie de electrodomésticos que, generalmente, en esta época del año descansan en el depósito del local de calle Sarmiento. “Vendimos hasta ventiladores de techo, que es algo no está dentro de la temporada”, destacó Daniel. “Es como que la gente está renovando todo y no hay un parámetro de que solo llevan cosas de invierno”, concluyó.