Vale recordar que en esta misma causa ya reconocieron su participación y responsabilidad dos personas que también estuvieron imputados, siendo ellos Sergio Mesa (ya condenado en un juicio abreviado como autor material) y el conductor del auto utilizado por el hecho, Pablo Quintana (beneficiado con una suspensión de juicio a prueba).
Las tres defensas coincidieron en pedir la absolución para cada uno de sus respectivos patrocinados, siendo el primero de ellos el abogado Miguel Giorgio, quien fundamentalmente habló de “pruebas plantadas” contra Caretta, criticó la pérdida de un arma de fuego que podría tener vinculación con la causa y hasta deslizó la posibilidad de falsos testimonios. Asimismo desestimó que un dermotest que dio positivo (por presencia de plomo) tuviera relevancia, ya que “cualquier mecánico tiene plomo en las manos y Caretta es mecánico de motos”.
Seguidamente fue el turno del abogado Ramón Espinosa, quien insistió en que su defendido Cristhian Wolfert nunca estuvo en el lugar del atraco y que no participó de la concreción del golpe, afirmando que desde la primera entrevista con su cliente se dio cuenta “que no tenía absolutamente nada que ver con el hecho”.
Allí señaló que la única prueba física que incrimina a su cliente es “un bolso de color verde” encontrado en la casa del imputado (llevado supuestamente por una mujer sin identificar), “el cual, según entiendo no fue reconocido (con precisión) por las víctimas. También criticó la probation dada a Pablo Quintana “de lo que no se notificó oportunamente” y “una rueda de reconocimiento viciada organizada por los fiscales”, ya que la mujer del empresario Leonardi había sido “cruzada” con su defendido.
Por otro lado destacó que ninguna de las 13 huellas dactilares recogidas en el automóvil utilizado para el golpe pertenece a Wolfert, “y si no hay huella en el auto, nunca estuvo en el auto”, dedujo.
Concluyendo conque la documentación oficial aportada desde el hospital Felipe Heras prueba del acusado estuvo ese día siendo atendido en dicho centro de salud y que “esta maraña fue armada por el señor Pablo Quintana para desvincularse” y que “Wolfert en vez de imputado, debería ser víctima”.
Persecución judicial
El tercer turno fue para la dupla Juan Carlos Romero y Rodolfo Fraga, defensores técnicos de Martín Strassera, hijo del ex senador departamental por Concordia Héctor Strassera.
El letrado Romero admitió que “es un no de los casos más difíciles que nos ha tocado defender”, ya que “estamos defendiendo a alguien acusado del delito de sospecha”, subrayando que se trata de una figura “excluida de nuestro código penal”.
La exposición de esta defensa centró sus críticas a la primera etapa de la investigación, acusando que “hemos llegado a este juicio, con ausencia total de pruebas”.
Romero espetó que desde la Fiscalía de Federación se hizo “caso omiso a cualquier circunstancia objetiva que pudiera atenuar o disminuir la ausencia de participación de nuestro representado en el hecho que se está investigando” y hasta trajo a colación el aliciente que “desde Federación muchas veces se echa la culpa a los tribunales de Concordia, cuando no hay condena por determinada situación que no se ha investigado”.
También aclaró que desde esa defensa no se negaba “la materialidad del hecho investigado, pero si rechazamos de plano la autoría o materialidad de nuestro defendido”.
Romero apuntó que según su valoración, la investigación llegaba a superponer los roles atribuidos a Strassera y Caretta, para calificar de “increíble las forma o la manera con que quieren acusar a nuestro imputado”.
También criticó que en la investigación se perdieron pruebas “para llegar a los verdaderos culpables y tampoco no se siguió la ruta del dinero”, acusando que “el objetivo de la Fiscalía es que este preso Strasera si o si”, ya que “estuvieron viendo que hacía o no hacía (Martín) Strassera para tratar de meterlo preso”.
Finalmente volvió a ser eje en que el automóvil en cuestión (Toyota Corolla) había sido vendido por el hijo del ex senador unas dos semanas antes del robo, a lo que agregó “¿Qué persona con mediana inteligencia va a mandar a robar a su pariente, al tío de su pareja, en su propio auto?”.
La audiencia cerró con el juez Alberto Funes Palacios anunciando que la lectura del fallo será el lunes 6 de octubre, a las 7,45 hs.